
Como si se tratase del acontecimiento del siglo, envuelto en una nube de melancolía y emoción, el viernes pasado por fin llegué hasta ese último episodio de
The Wire. Después de cinco temporadas paseando por las calles de Baltimore, disfrutando y sufriendo con cada pequeño matiz de la serie como si éste fuera todo un maravilloso y a la vez desasosegante universo de preguntas sin respuesta, no podía despedirme de sus personajes sin antes tomarme unos cuantos días de reflexión en busca de una inspiración que estuviese a la altura de semejante grandeza televisiva. Echando la vista atrás todavía recuerdo perfectamente ese primer capítulo (denso pero majestuoso y complejo), donde todo aún estaba por escribirse. Dicho episodio era la primera pieza de un gigantesco y apasionante collage, cuyo último exponente (escrito con sabiduría y precisión) cierra a la perfección la historia de una ciudad enfrentada a la pesada lacra que siempre es la delincuencia devoradora de almas. En la primera temporada vimos como unos pocos buenos policías trataban de erradicar parte de la droga de las esquinas de Baltimore, con una primera escucha que muchas veces no encontraba a quien agarrarse, perdida ente los entresijos de una ciudad repleta de callejones sin salida. En la segunda, veíamos como en los muelles de una gran ciudad la corrupción de los sindicatos conducía inevitablemente a un final de múltiples y amargas lecturas. La tercera nos introducía en los despachos de los altos mandos de la policía, intentando proponer algunas soluciones cuya eficacia se perdía entre el maquillaje de unos informes que casi siempre estaban adulterados. La cuarta encontraba la raíz del problema en la educación, y nos obligaba a mirar dentro de esa infancia y adolescencia malograda, mientras nos daba un pequeño halo de esperanza personificada en el idealismo de un político tan predispuesto y capacitado como desafortunadamente ingenuo. Esta quinta temporada, centrada en la prensa, cierra de manera ejemplar cinco temporadas que pasarán a la historia de la televisión como uno de sus mayores logros. Adentrémonos pues en ella……..