De culo y cuesta abajo, también conocida por su nombre original Eastbound & Down, es una serie producida por el famoso actor Will Ferrell, que consta de una primera temporada (muy corta) de tan solo seis episodios. Esta nos cuenta la patética y a la vez divertida historia de una famosa estrella del béisbol, que expulsado de las ligas mayores por problemas con los esteroides, tiene que hacer frente a su nueva vida de profesor de instituto en su pueblo natal. Su protagonista Kenny Powers es uno de los personajes más socarrones, descojonantes, egocéntricos y zafios que ha dado la televisión americana en los últimos años. Solo por este motivo y algunas otras cosas más que os voy a contar a continuación, merece la pena echarle un buen vistazo a una serie, que a pesar de llevar el sello de calidad de HBO pasó casi inadvertida el año pasado por la blogosfera seriéfila. Por este motivo me siento en la obligación de daros a conocer a este cretino inclasificable. Un tipo que a pesar de toda su mezquina personalidad es un auténtico diamante embrutecido (nunca mejor dicho) del humor más directo e irreverente.....
Kenny Powers es el protagonista absoluto de De culo y cuesta abajo y por esta causa prácticamente toda la trama se sostiene en ese singular personaje egoísta y malhablado. Así que lo primero que voy a hacer es preveniros porque si en los primeros diez minutos de su primer episodio no habéis conectado con su endiablada y odiosa forma de comportarse, aunque sea tan solo de una manera visceral y humorística (la única posible) ya no seréis capaces de continuar con la serie por mucho que lo sigáis intentando. Sin embargo aunque no lo creáis su extrema y también exagerada arrogancia y egolatría es parte indispensable del encanto y atractivo de este personaje tan descarado. De ellas salen los diálogos más brutos y demoledores de la serie que nos harán reír y sonrojar con la misma facilidad con la que disfrutaremos de las consecuencias de sus desconcertantes actos. Porque si una gran peculiaridad tiene este Kenny Powers es que nunca se calla lo que piensa por muy hiriente o soez que esto pueda llegar a ser. De esta manera será capaz por ejemplo de negociar por teléfono con una prostituta mientras la familia de su hermano escucha la conversación sin dar crédito a lo que está diciendo semejante individuo.
Orbitando alrededor de nuestro protagonista encontramos a los personajes más cretinos y/o acomodaticios que os podáis echar a la cara. Entre todos ellos destaca de manera especial su esperpéntico y secretamente enamorado “lameculos” particular, que por extraño que parezca parece haber encontrado en Powers un distorsionado espejo donde reflejarse, cuyo resultado provocará indudablemente muchas de las mejores risas de la serie. Además de todo su deslenguado e insolente humor, De culo y cuesta abajo también os ofrecerá algunos breves pero brillantes momentos de reflexión y auto análisis. La imposibilidad de recuperar los sueños perdidos, el afrontar las consecuencias de decisiones erróneas, o el no ser capaz de enfrentarse a los propios deseos e inquietudes, son interesantes lecturas que aunque en menor medida también se encuentran implícitas a lo largo de toda la serie. Por su parte Kenny es incapaz de afrontar su fracaso como ser humano y deportista de élite, esa frustración lo llevará una y otra vez a ese callejón sin salida que no hará más que agrandar un problema cuya solución se encuentra tan cercana como esté dispuesto a asumir. Esta también acabará siendo el motor que empuje la historia hacia un final tan desolador como poderosamente incierto. En definitiva, aunque la serie tampoco sea la última gran joya de humor, sí es verdad que ofrece una mirada sincera y especialmente divertida a la arrogancia más desmesurada, y sobretodo a la capacidad del ser humano para sobreponerse a su propia estupidez.
Kenny Powers es el protagonista absoluto de De culo y cuesta abajo y por esta causa prácticamente toda la trama se sostiene en ese singular personaje egoísta y malhablado. Así que lo primero que voy a hacer es preveniros porque si en los primeros diez minutos de su primer episodio no habéis conectado con su endiablada y odiosa forma de comportarse, aunque sea tan solo de una manera visceral y humorística (la única posible) ya no seréis capaces de continuar con la serie por mucho que lo sigáis intentando. Sin embargo aunque no lo creáis su extrema y también exagerada arrogancia y egolatría es parte indispensable del encanto y atractivo de este personaje tan descarado. De ellas salen los diálogos más brutos y demoledores de la serie que nos harán reír y sonrojar con la misma facilidad con la que disfrutaremos de las consecuencias de sus desconcertantes actos. Porque si una gran peculiaridad tiene este Kenny Powers es que nunca se calla lo que piensa por muy hiriente o soez que esto pueda llegar a ser. De esta manera será capaz por ejemplo de negociar por teléfono con una prostituta mientras la familia de su hermano escucha la conversación sin dar crédito a lo que está diciendo semejante individuo.
Orbitando alrededor de nuestro protagonista encontramos a los personajes más cretinos y/o acomodaticios que os podáis echar a la cara. Entre todos ellos destaca de manera especial su esperpéntico y secretamente enamorado “lameculos” particular, que por extraño que parezca parece haber encontrado en Powers un distorsionado espejo donde reflejarse, cuyo resultado provocará indudablemente muchas de las mejores risas de la serie. Además de todo su deslenguado e insolente humor, De culo y cuesta abajo también os ofrecerá algunos breves pero brillantes momentos de reflexión y auto análisis. La imposibilidad de recuperar los sueños perdidos, el afrontar las consecuencias de decisiones erróneas, o el no ser capaz de enfrentarse a los propios deseos e inquietudes, son interesantes lecturas que aunque en menor medida también se encuentran implícitas a lo largo de toda la serie. Por su parte Kenny es incapaz de afrontar su fracaso como ser humano y deportista de élite, esa frustración lo llevará una y otra vez a ese callejón sin salida que no hará más que agrandar un problema cuya solución se encuentra tan cercana como esté dispuesto a asumir. Esta también acabará siendo el motor que empuje la historia hacia un final tan desolador como poderosamente incierto. En definitiva, aunque la serie tampoco sea la última gran joya de humor, sí es verdad que ofrece una mirada sincera y especialmente divertida a la arrogancia más desmesurada, y sobretodo a la capacidad del ser humano para sobreponerse a su propia estupidez.
Entonces ¿se queda en 6 episodios la serie?
ResponderEliminarMe la apunto para cuando esté falto de comedias.
Saludos!
Yorch: he estado indagando por ahí y creo que habrá segunda temporada. La primera se quedó en seis episodios de veintitantos minutos que pasan en un suspiro.
ResponderEliminarPues no había oído hablar de esta serie. La estoy bajando porque, dado tu post, se merece una oportunidad. A ver si el personaje no me saca de quicio y soy capaz de disfrutarlo.
ResponderEliminarEstar en las nubes: Si conectas con el protagonista pasaras unos buenos momentos de diversión y entretenimiento. Ya me contaras que tal te ha ido con la serie.
ResponderEliminarYorch: Por cierto, ¿qué tal te va con Rescue me?