lunes, 26 de abril de 2010

Hung. Sus “ENORMES” cualidades no son para tanto.

El año pasado se estrenó en el canal HBO una nueva serie con una premisa bastante curiosa y a priori divertida. Un profesor de instituto, separado y en plena crisis tanto laboral como emocional, decide dedicarse a explotar lo que él considera su gran don, que no es otro que su enorme pene. Este disparatado punto de partida, el productor y director del piloto Alexander pene digo Payne (director de películas como Entre copas o A propósito de Schmidt), y el siempre sólido canal en que se iba a emitir, ya formaban de inicio un extraordinario conjunto de razones por las cuales pensar en un producto de máxima calidad. Pues bien, después de visionar su primera temporada puedo decir que el resultado final es algo decepcionante con respecto a las grandes expectativas que había generado en sus albores. Tampoco me entendáis mal, la serie funciona perfectamente como un entretenimiento ligero y superficial que en ningún caso os llegará a aburrir por mucho que se esfuerce en lo contrario una trama que no acaba de coger carrerilla en ningún momento. El problema a mi entender está en una falta de riesgo y ambición argumental tan evidente que uno termina sus diez episodios con la sensación de que a su divertida premisa inicial se le podía haber exprimido mucho más el jugo de su esencia. Tras los puntos suspensivos lo vemos más a fondo……

Hung es una “Dramedia”, es decir, un drama con tintes cómicos. Hasta ahí todo correcto. A mi juicio el primer error viene precisamente porque esa dualidad no está bien fusionada y más que sumar efectivos se acaban estorbando mutuamente restándose contundencia entre sí. La parte de humor no es que sea precisamente muy graciosa, en realidad lo único que aporta es un tono ligero y desenfadado que además de frenar constantemente la parte emocional de la serie se carga la intensidad del drama por el que se supone están pasando sus perdidos personajes. Es como si toda esa acidez e ironía por las que se caracterizan las películas de Alexander Payne hubiesen sido amputadas o simplemente maquilladas de tal forma que su lavado de cara sólo nos permitiera ver la superficie de una historia que se intuye mucho más sórdida y oscura. Además a esto habría que sumarle el hecho de que sus tramas se mueven más por impulsos que por coherentes y sólidas estructuras narrativas que den sentido a todo el conjunto de sus historias. El enamoramiento de Hung de una de sus clientas resulta superficial y anodino por falta de riesgo e implicación de sus responsables para con sus personajes, y la triste soledad de Tanya se queda a medio camino entre el inherente patetismo de este tipo de protagonistas y la solemne dignidad implícita que ha de tener un personaje así para poder conectar con toda su esencia.

Pero no todo son defectos. Hung también dispone de numerosas virtudes como para no terminar completamente defraudados. Los diálogos, ya sean los más ingeniosos o simplemente los intrascendentes, siempre resultan lo suficientemente sólidos como para que podamos apoyarnos en ellos sin miedo a caer en el hastío. La factura es impecable (como casi todos los productos del canal que la emite), y aparte de una intro de lo más sugerente con constantes dobles sentidos visuales que hacen referencia al tema de la serie, también destacan los actores que siempre están a la altura de las circunstancias en las que se encuentran, dotando de personalidad y enjundia a unos personajes que sin duda son lo más interesante de toda esta amalgama de defectos y virtudes comentadas. Además de un Hung lacónico e indeciso y una Tanya soñadora y emprendedora a partes iguales (claros protagonistas del baile) habría que destacar por encima del resto de secundarios a la exuberante y segura de sí misma Lenore. Una falsa yupi engreída y divertidamente borde cuyo personaje es pura espontaneidad y frescura y cuyo referente quizá sea el que más alegrías pueda darnos de cara al futuro.

En resumen, una historia central y unas tramas demasiado ligeras y superficiales para lo que podrían llegar a ser, pero cuyos personajes y premisa resultan lo suficientemente interesantes como para darles una segunda oportunidad en busca de una mayor intensidad que la saque de esa autocomplacencia en la que se encuentra actualmente.
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Os dejo con la intro que está muy bien. A ver cuantas referencias sexuales sois capaces de encontrar.

6 comentarios:

  1. No sabía que era del director de Entre copas (como me aburrí en esa película..), ni tampoco me había fijado en las referencias de la intro ¬¬.

    Es verdad que se queda en un quiero y no puedo y que no termina de arrancar, pero a mí con Tanya ya me basta. Me encanta.

    Saludos!

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  2. Yorch: Una lástima que no te gustara entre copas a mi me encantó. Se nota su estilo en la serie pero le falta mucha más acidez. Esperemos que en la segunda pongan mucho más riesgo, por ahora es un poco más light de lo que esperaba. Tanya me gusta pero me recuerda al mismo personaje que interpreto la actriz para la película de Solondz (Happiness), este sí que era muciiiisimo más complejo y perturbador.

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  3. Me apunto la película! Según lo que acabo de leer está muy bien, así que pronto la veré!

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  4. Yorch: Te prevengo con Happiness. Tiene un humor muy subversivo e incomodo. O te horroriza o te encanta (para mí una obra maestra). Espero que sea lo segundo, ya me dirás.

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  5. Una actriz que me cae simpática aunque siempe la pillo haciendo de odiosa (en Frasier), HBO, Alexander Payne... debería arrancarme a ver Hung pero la premisa inicial no me llama tanto la atención. Que alguien diga que los diálogos son la repera o las situaciones, que no me animo.

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  6. Key: Lo cierto es que no te puedo incitar a verla más allá de lo que ya he escrito aquí. Sinceramente creo que hay una buena retahíla de series más interesantes que esta. Sin ir más lejos, otra comedia de la HBO de la misma época "De culo y cuesta abajo" (Eastbound and down) me pareció por lo menos más divertida y solo tiene seis episodios.

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