Segundo encuentro sobrenatural.

Acabo de terminar la segunda temporada de Sobrenatural y las cosas continúan avanzando con paso firme (hacia un lugar mejor, espero), ajustándose perfectamente a las expectativas que previamente había adquirido por muchos de los comentarios que había leído en diferentes blogs de renombre. Bien es cierto que esperaba algo más de esta segunda temporada, y aunque lo haya recibido (a ratos), la serie continua ofreciendo esa desconcertante irregularidad que lo mismo te deja clavado al sofá deseando ver lo antes posible el nuevo episodio de turno, que pasa por tu retina como un mero entretenimiento de usar y tirar (olvidar). En cualquier caso su visionado ya se ha convertido por meritos propios en esa entrañable serie de la que uno nunca quiere desprenderse, porque por encima de valoraciones técnicas o narrativas, interpretaciones, ajustes de guión, o diseños de producción, estos encuentros sobrenaturales de los hermanos Winchester son por encima de todo una estupenda bocanada de divertido aire fresco. Uno al fin y al cabo nunca dejará de lado algo que se lo está haciendo pasar tan bien por muy mediocre o banal que pueda llegar a ser esto (que tampoco es el caso). Después de esta pequeña reflexión intrascendente pero necesaria veamos cómo me ha ido con este segundo encuentro sobrenatural…….

¿Hay spoilers? Si. ¿Son peligrosos? No demasiado. Si se lee con cuidado se pueden sortear sin problemas.

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Tras el final de la primera temporada, donde habíamos dejado a los Winchester mal heridos tras ser embestidos por un camión que conducía uno de esos demonios tan peligrosos a los que nos tenían acostumbrados. El primer episodio nos lleva hasta el hospital donde están ingresados nuestros protagonistas para descubrir que Dean se encuentra atrapado en un universo intermedio entre la vida y la muerte, tratando de entender que le está ocurriendo exactamente e intentando salir de semejante embrollo. Sin entrar a desvelar situaciones concretas de la trama, solo diré que este episodio sienta las bases de parte del arco argumental de esta segunda temporada, siendo un estupendo arranque que por desgracia nos promete algo más de lo que luego obtendremos en los capítulos siguientes. Quiero dejar claro que no estoy para nada en contra de sus episodios autoconclusivos pues muchos de ellos son de una calidad argumental incluso superior a muchos otros en los que se sigue una trama más serializada. Lo que sí es cierto es que el equilibrio entre unos y otros no siempre beneficia al ritmo de la serie, estando quizás en ese desajuste la clave de una irregularidad que a lo mejor se solucionaría con temporadas más cortas que ganaran en intensidad y solidez (yo por pedir que no sea).

Entre los capítulos más flojos de este segundo universo Winchesteriano (¡toma ya!) podemos encontrar algunos como por ejemplo: “A todo el mundo le gustan los payasos” (¿payasos asesinos?¿comorrr?), “Niños no juguéis con cosas muertas” (trama excesivamente manoseada y sobretodo ninguneada), “La casa de los santos” (con un ángel vengativo, el peor de todos sin duda) o “El blues de la cárcel de Folson” (una buena idea pero no lo suficientemente creíble), donde se hacen más evidentes esos estereotipos y cierres precipitados (o directamente chapuceros) en los que suele caer la serie de vez en cuando. Por el contrario episodios como: “Sed de Sangre” (universo vampírico con dualidades morales entre cazadores y seres sobrenaturales), “Croatoan” (extraño virus demencial con perturbador y posteriormente premonitorio final), “Corazón” (Hombres lobo, amor, y fatalidad como nunca se había visto antes en la serie, ¡mi favorito!) O “Lo que es y nunca debió ser” (una joya extraña y muy Lostiana) hacen de esta temporada un peldaño más donde subir el listón de calidad general de una serie, que aunque ya nos da muchos grandes momentos sin duda aún puede dar mucho más de sí.

A estos últimos capítulos de mayor calidad también habría que sumarles todos y cada uno de los episodios en los que se avanza en una mitología que cada vez va teniendo más personalidad e interés, destacando especialmente ese “Nacido bajo un mal augurio”. En él vemos por primera vez a un Sam poseído, cuya deliciosa maldad perturba y fascina a partes iguales, dejando entrever un personaje mucho más complejo e interesante de lo que realmente estaba siendo hasta ese momento. También me gustaría mencionar “Cuentos”, un episodio completamente ajeno al tono oscuro de la serie donde por vez primera se entra de lleno en la parte más cachonda y disparatada de esta. Un primer y genial contacto con el sentido del humor más extremo que por lo visto (y por suerte para nosotros) adquirirá una mayor presencia en próximas temporadas.

En cuanto a la sesión Fínale ("El infierno se desata 1ª y 2ª parte) sensaciones agridulces (eso sí, más dulces que amargas). Por un lado la trama se llena de aventura, emoción y giros de lo más ingeniosos con tres o cuatro ideas realmente osadas e inteligentes. El problema vuelve a estar en la ejecución de dichas ideas. La puesta en escena no siempre está a la altura de las situaciones en las que se ven inmersos los personajes. Por otro lado se vuelven a dejar abandonados algunos pequeños detalles de la acción, a los que si se les prestara más atención estoy seguro dejarían un argumento mucho más cerrado y satisfactorio. Aún así un final de temporada lo suficientemente entretenido y adictivo, como para estar deseando adentrarse en una tercera parte de la historia que me han jurado y perjurado será mucho más cautivadora y deslumbrante que esta. Tengan razón o no, os puedo asegurar que no tardaré demasiado en comprobarlo.