Sons of Anarchy. El alma de los tipos malos.

Si digo que los protagonistas de Sons of Anarchy son una panda de cabrones de cuidado, no andaría muy desencaminado. Si además le sumo a esto otro comentario más, donde determino que sus valores éticos son más que cuestionables, tampoco estaría diciendo ninguna falsedad. Y si por último, manifiesto con rotundidad que a pesar de todo ello, casi siempre acabarás estando de su parte hagan lo que hagan, no estoy haciendo más que constatar con ello una verdad como un templo. Porque ¡señoras y señores!, descubrir a los hijos de la anarquía es sin duda una maravillosa contradicción continua, donde estar de parte de los tipos malos es toda una aventura, es lo que mola, y es lo que te hará vibrar, si te dejas llevar por tus deseos más oscuros e inconfesables. A los que os apetezca subir a lomos de mi post y viajar un rato a las interioridades (sin Spoilers) de su primera temporada, que se calce unas buenas botas, se encaje bien el casco, y se venga conmigo de marcha. Esto arranca en unos segundos. Cuidado que vienen curvas…..

"Una madre manipuladora y un padrastro con muy mala
 leche, están pensando: este Jackson se nos va de las manos"

Recurrir a la dualidad moral de Los Soprano es siempre una idea infalible en los tiempos televisivos que corren. La cadena por cable “FX” lo sabe de sobra, y ha dado buena cuenta de ello, al partir en multitud de ocasiones desde ese interesantísimo punto de vista en casi todas sus ficciones estrenadas en los últimos años. The Shield, su buque insignia, ya consiguió llevar hasta sus últimas consecuencias dicha dualidad moral, a través de un grupo de policías corruptos llenos de dudas y contradicciones. Y ahora con Sons of Anarchy, lo que se pretende no es otra cosa que darle la vuelta a la misma tortilla, logrando que simpaticemos con un grupo de traficantes de armas, que en realidad no son más que unos cuantos tipos duros, con los problemas y anhelos de “cualquiera” (véase entre comillas), amantes de las Harleys, y enamorados de un determinado estilo de vida. Que eso sí, son capaces de hacer cualquier cosa por peligrosa o delictiva que sea con tal de proteger su estatus establecido o a las personas que sean merecedoras de su confianza.

"¿Modern Family quizá?
solo falta en la foto el bebe de Jackson"

Para llevar todo esto a buen puerto, Kurt Sutter, su creador, responsable también de muchos de los episodios de la anteriormente citada The Shield, ha tenido completa libertad a la hora de crear personajes complejos y cuestionables, y ha dado rienda suelta a toda su imaginación y talento, regalándonos así una de las mejores primeras temporadas de la televisión americana de los últimos años. Sus protagonistas, por muy manipuladores, rudos, o despiadados que sean, siempre nos ofrecen una humanidad tan cercana y reconocible que es difícil desligarse emocionalmente de ellos, hasta incluso en las ocasiones en que se nos muestra su cara menos amable. Y es que, a fin de cuentas, la mayoría de ellos no son más que inteligentes hombres de negocios, sólo que con tatuajes y chupas de cuero. Amantes, esposos, padres, e hijos, unidos todos por una familia mayor común que rige sus vidas y también les protege. Y por encima de todo personas que, aunque intuyan que puedan estar equivocadas, siempre son tan consecuentes consigo mismas, que son capaces de llevar sus decisiones hasta sus últimas consecuencias por mucho que esto les cueste parte de su alma.

"Paseando por las carreteras de Charming
puede pasar cualquier cosa"

Para conseguir que esto funcione, primero se hizo un casting impecable donde se eligió a unos actores que pareciera hubiesen nacido para interpretar a cada uno de sus personajes. No sólo sus actuaciones son ideales sino que hasta sus caras, expresiones y movimientos reflejan a la perfección gran parte del bagaje emocional que llevan consigo. Si la impresionante presencia de cada uno de sus protagonistas es una de las grandes virtudes de la serie, las tramas y situaciones en las que se ven envueltos tampoco es que se queden atrás. Para empezar un buen coctel de buenas y sólidas historias semi-autoconclusivas de situación, son creadas especialmente para la ocasión con la finalidad de poder ir conociendo poco a poco y con más detenimiento a cada uno de los personajes. De esta manera se logra sentar las bases del relato, y de paso sirven para que descubramos en líneas generales todos los códigos internos y morales de una banda protagonista que siempre está en el punto de mira. Su minuciosa estructura de clases, los problemas generados de un negocio delictivo inestable, y hasta todo tipo de métodos utilizados para salir de ellos de rositas, son otras de las cuestiones que se retratan a la perfección en estos primeros capítulos. Mientras al mismo tiempo, y por debajo de dichas tramas, se van tejiendo también otras historias más sutiles y personales, que serán finalmente las que nos lleven a la mejor parte de la serie, dinamitada ésta claramente a partir del sexto episodio, donde por desgracia para ellos, y suerte para nosotros ya nada volverá a ser igual.

Asesinatos, traiciones, dudas existenciales, amores de juventud, y pequeñas dosis de humor, todo ello bajo un tono shakesperiano, son sólo una pequeña muestra de las muchas cosas que hay dentro de esta primera temporada de Sons of Anarchy.

La mayoría de vosotros seguro que a estas alturas ya sabéis hasta dónde ha podido llegar la serie, ya que andáis inmersos en su recientemente estrenada tercera temporada. Yo en cambio, que acabo de tomar mi primer contacto serio con ella, sólo puedo dejar volar mi imaginación y mis expectativas, y agarrarme fuertemente al eco de los rugidos de los tubos de escape de estos cabrones, que seguro volverán próximamente con las pilas y las pistolas bien cargadas y dispuestas. Mi impaciencia me apunta con un revólver, ¡Me voy! Charming me espera.