miércoles, 4 de agosto de 2010

Recordando FlashForward en la lejanía.

Flashforward fue cancelada por su baja audiencia dejando una sola temporada irregular e inconclusa. Eso es un hecho objetivo y poco se puede discutir. La temporada pasada Flashforward partía en la pole de los estrenos del año, naciendo desde su gestación con la vitola de favorita para llevarse la mayoría de los favores del público. He aquí otro hecho objetivo. Un año después creo que poca gente se atrevería a decir que ha cumplido con las expectativas que generó en sus inicios, y ya casi nadie podría afirmar con rotundidad que ha terminado siendo todo un éxito. Otro dato incuestionable. Ahora bien, lo que sí es más discutible (y desde ese punto de partida nace este post) es si la serie ha sido capaz de darnos los suficientes argumentos como para que haya merecido la pena tragarse todos y cada uno de sus episodios. Desde ahí es justo desde donde quiero comenzar a hablaros de mi tormentosa relación con ella, y ya os digo que mi respuesta a esa última pregunta (disparo) al aire es completamente afirmativa. Veamos si es que me he vuelto loco, o solo es que soy otro incurable más de esos apasionados-ingenuos de la ciencia ficción.…..

¡Libre de Spoilers! Al poco de comenzar ya se vio que la serie disparaba con balas de fogueo y por ello muchos de sus detractores se lanzaron a la yugular poniéndola (como poco) a caer de un burro. Por esa época yo todavía me consideraba un romántico soñador empedernido, y tal vez por ello no pude hacer otra cosa que defenderla ante lo que consideraba en aquel momento que era un ataque excesivamente desproporcionado y sobretodo mal intencionado por parte del personal. Por desgracia al llegar al ecuador de la temporada casi me tengo que tragar mis propias palabras, al ser consciente de unos bajones de calidad que empezaron a tambalear los sólidos muros de mi paciencia, con cuestiones y giros argumentales que ya comenzaron a rozar el despropósito y como consecuencia directa el aburrimiento. Por suerte la serie se fue de vacaciones en busca de inspiración (dicen), y un servidor dispuso del tiempo suficiente como para rearmarse de optimismo. Lo que fuera que llegara a continuación no me pillaría con los pantalones bajados de la desgana.

Y es que su premisa siempre me resultó fascinante y arrebatadora y a ella me aferraba siempre que sus actores y argumento no hacían más que cagarla con sus errores de bulto. Sabedora de semejante punto fuerte, y con esa poderosa carta entre sus manos, la serie se presentó de nuevo ante nosotros con un doble capítulo que nos hizo soñar con un futuro como poco la mar de interesante. Sus creadores y guionistas tomaron buena nota de las múltiples críticas recibidas y se pusieron manos a la obra con la lección bien aprendida. El ultra criticado Mark Benford pasó a un segundo plano dejando el peso de la historia a otros personajes (digamos) más creíbles, y su ritmo anárquico y disperso comenzó a ser pura dinamita concentrada, con la resolución de varias cuestiones importantes de la serie en poco más de tres o cuatro episodios de pura adrenalina e interés. Flashforward tomaba el camino adecuado del entretenimiento puro y duro, dejando atrás los existencialismos y las historias interpersonales de sus personajes, éstas heredadas de una serie como Lost que siempre tuvo las ideas mucho más claras al respecto.

Sin embargo según avanzaron los capítulos se empezó a comprobar de nuevo que la serie ya traía demasiadas taras desde el inicio como para tejer una nueva historia con el suficiente empaque como para poder levantar el vuelo. La mala elección de muchos de sus actores y las excesivas idas y venidas de su errático argumento ya eran una carga demasiado pesada como para imaginar una llegada a buen puerto, y la serie volvió a caer en una irregularidad que la condenaría a una cancelación tan esperada como inevitable. Aún con todo esto Flashforward termina por dejar un agradable sensación de placidez como mero entretenimiento fallido en su forma pero interesante en su esencia, gracias en parte a un cierre “más o menos” coherente, eso sí, lastrado por unos cuantos hilos argumentales que quedan abiertos a una segunda temporada que por desgracia ya nunca podrá redimir a la serie.

5 comentarios:

  1. Yo la defendí en su comienzo esperando que cambiara tal y como prometieron, pero solo un par o tres de capítulos casi al final me entretuvieron, experimento fallido desde su base, buena idea, mala ejecución, y soy un enamorado de la ciencia ficción.

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  2. Satrian: No fue lo que nos prometieron pero una vez que me acostumbré a ella me entretuvo, creo que se le dio demasiada caña, hubo muchos productos peores que no recibieron tanta leña. . El problema de casting y el no tener muy claro el desarrollo de la historia fueron determinantes. Me enamoré de la idea y eso (en mi caso) fue suficiente para aguantar el tirón sin arrastrarla demasiado por mi parrilla, hecho que si me está pasando con "V", la cual considero más floja y ésta si ha renovado.

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  3. Yo la verdad es que la abandoné en el parón de navidad, así que tampoco puedo decir si para mí mejoró después o no.
    Creo que partía de una idea interesante, pero ya de primeras me parecía que estaba mal llevada, con un montón de cosas totalmente cogidas con pinzas y una realización que se me hizo pelín cutre (y un reparto que salvo excepciones no era precisamente para tirar cohetes). Le fui dando oportunidades, pero me cansé y ahí se quedó.

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  4. Mina Harker: Mejoró y luego volvió a empeorar. En realidad fue a trompicones dejando por el camino cosas muy interesantes y mediocridades a cascoporro. Lo único que puedo decir es que a pesar de algunos momentos realmente malos no me llegué a cansar nunca de ella. Incluso llegó a atraparme con algunas situaciones muy imaginativas.

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  5. V tampoco me ha convencido, veo a ambas más o menos con los mismos fallos, primero el reparto pero sobre todo que la trama no está cuidada.

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