Este estúpido juego de palabras me permite describir con facilidad las sensaciones que me han producido los dos últimos capítulos de Lost. Mientras “Happily ever after” se coronó como uno de los mejores episodios de esta sexta temporada, conectando de manera ejemplar (y como no a través de Desmond) realidades alternativas y de paso parte de la esencia de lo mejor de las temporadas anteriores con dicho episodio. “Everybody loves Hugo” vuelve a arrastrar esos pequeños vicios de arbitrariedad que tanto me están incomodando, dejándome una vez más con la misma extraña sensación de irregularidad que me ha acompañado durante casi toda esta nueva aventura “lostiana”. Por otro lado no creáis que este pequeño inconveniente me impide disfrutar de la serie como se merece, Lost tiene los suficientes alicientes como para no caerse de su pedestal por muchos vaivenes que pueda llegar a tener. Como en este caso mil palabras (más o menos) valen más que una imagen seguid leyendo y así podréis comprobar rápidamente el por qué de mi “constante” percepción de inconsistencia……
¡Spoilers! Después de dos grandes episodios como el descomunal “Ab Aeterno” y el muy sólido “The Package”, “Happily ever after” se convertía en un estupendo empujón argumental a una historia que durante su primera media temporada parecía costarle coger ritmo y soltura. Un episodio centrado en Desmond siempre es un buen episodio, y desde luego así ha sido una vez más este nuevo encuentro con el “Brother”. Ya desde el inicio se nos revela que Desmond ha sido secuestrado por Widmore para ser utilizado como algún tipo de arma humana. Para comprobar la fiabilidad de dicha arma el escocés es sometido en contra de su voluntad a una prueba de electromagnetismo que lo lanza directamente a la otra realidad alternativa. Allí descubrirá gracias a un Charlie con impulsos suicidas (en una sensacional escena submarina fantásticamente bien montada y ejecutada), y sobre todo a un escáner cerebral posterior, que quizás haya vivido otros acontecimientos diferentes en un espacio-tiempo paralelo.
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A partir de ahí se liará la manta a la cabeza en busca de respuestas que le llevarán directamente, primero hasta a una Eloise Hawkins cuyos secretos siguen siendo la clave de muchas cosas, después hasta un Faraday músico enamorado que escribe complicadas ecuaciones matemáticas que desconocía, y por último hasta una Penny deportista (el lugar de encuentro muy bonito pero algo forzado) que le da el empujón final de la consciencia entre esas dos realidades, descubriéndole al mismo tiempo la “epifánica” misión de revelar al resto de pasajeros del vuelo 815 sus antiguas vidas paralelas. De vuelta a la isla un Desmond ya en estado Zen es secuestrado (o rescatado según se mire) por un Sayid demasiado magnánimo (a mi entender), dejando la historia en un nuevo punto de inflexión que prometía ofrecer hasta ese momento todo un excitante desenlace de inquietantes y variadas incógnitas.
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Sin embargo “Everybody loves Hugo” vuelve a frenar el ritmo de la serie con una trama isleña algo torpe y azarosa. Para empezar no entiendo muy bien porque Hurtey cambia de parecer tan rápidamente con respecto al objetivo de destruir el avión de Ajira simplemente porque se lo diga un Michael fantasmal y enfurecido. Si, los muertos son más de fiar, pero la mujer de Richard también era fiambre y en el cliffhanger de “Ab Aeterno” parecía importantísimo que el humo negro no saliera de la isla. Además hay dos hechos que tengo la sensación que han sido improvisados a última hora por lo precipitadas que han sido sus ejecuciones. Ilana parecía ser un personaje mucho más importante en un principio y su rápida desaparición en este capítulo parece motivada más por la presión de los fans que por cuestiones meramente argumentales. A esto también habría que sumarle el hecho de una revelación tan importante como la de los susurros. Después de cinco temporadas manteniendo ese misterio como parte importante del misticismo de la isla no se puede desvelar de una manera tan torpe y precipitada sin apenas dedicarle algo más de ingenio por su parte. La información en si no me desagrada del todo (aunque quizá eche por tierra la redención de Michael), pero la manera de ofrecerla es tan obvia y concisa que inevitablemente decepciona por su excesiva simpleza. El resto de la trama me deja algo indiferente (a excepción de la explosión de la Roca Negra) ya que no se puede disfrutar de estos acontecimientos al no poder ver el alcance de sus consecuencias, de esta manera su valoración quedará inevitablemente a expensas de lo que ocurra en los próximos capítulos.
En la parte positiva esta todo lo relacionado con la realidad alternativa de Hugo. Su encuentro con Libbi en el restaurante me parece muy ingenioso y está cargado de unas referencias emocionales tan poderosas que evidentemente quedamos atrapados por la fuerza centrífuga de sus imágenes. Quizá al encuentro entre Hugo y Desmond le falte la chispa adecuada para el momento tan importante que es, pero es indudable que las conversaciones posteriores entre el orondo multimillonario y la psicóloga enloquecida desprenden la química suficiente como para llenarlo todo de esa magia “lostiana” tan característica de siempre. Su encantadora cita en la playa es un perfecto ejemplo de esto, con un primer plano de esa manta que en otros tiempos (y espacios) se convirtió en sinónimo de muerte, y sobre todo con un beso robado capaz de conectar universos paralelos y de paso emocionarnos como pocas veces en esta sexta temporada. El cliffhanger final remata de manera sensacional un episodio algo desajustado (sobre todo entre ambas realidades), con el atropello de un Locke en silla de ruedas por un Desmond cuya finalidad no sabemos muy bien si viene motivada por algún tipo de venganza o justicia divina (pues éste le arrojó a un pozo de la isla) o bien simplemente con la intención de despertar la adormecida consciencia de un personaje que espera sea fundamental en el devenir de los acontecimientos (me inclino más por esto última).
Lo Mejor: La máquina de Dharma para provocar electromagnetismo y todo lo que ocurre en esa escena. El accidente acuático provocado por Charlie con esa mano en ese cristal conectando realidades alternativas pasadas y futuras. El encuentro entre Desmond y Penny con desmayo incluido, las conversaciones entre Hugo y Libbi de una sensibilidad exquisita y a la vez con una contundencia dramática muy poderosa.
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Lo Peor: La manera tan sosa en que se desvela el misterio de los susurros. Los cambios de parecer de algunos personajes algo arbitrarios hasta que no se demuestre lo contrario. El ritmo de la trama isleña me sigue pareciendo que avanza demasiado a trompicones y algunos personajes apenas han evolucionado nada (Kate como mayor ejemplo).
Ví las fotos de Desmond y la máquina esa antes y me temí lo peor. Pero luego resultó ser una capítulo impresionante. Uno de mis favoritos. Grande Desmond!!!
ResponderEliminarSin embargo, como dices, el de Hugo fue tranquilo, quizás demasiado. Lo más bonito, su encuentro con Libby, pero no sé si hasta alturas eso es necesario.
Tienes toda la razón en lo mejor y lo peor así que no añado nada más ;P
Saludicos.
LiPooh: Yo suelo evitar las promos como alma que lleva el diablo. En la 5ª me comí un spoiler de proporciones bíblicas y ya escarmenté. Me molesta un poco que lo dejen todo para el final espero que no sea una gran decepción.
ResponderEliminarSaludos.
Pues a mí los últimos capítulos me han dejado con muy buena sensación. Por fin la realidad alternativa tiene sentido y se convierte en una especie de limbo en el que los personajes se encuentran encerrados sin saberlo. Ahora Desmond será el encargado de despertar sus conciencias.
ResponderEliminarLa constante sigue siendo el amor (decepcionante la historia de amor de Richard tipo Entre fantasmas).
Que Iliana saltara por los aires ha despertado mi peor lado misógino y me ha divertido y sorprendido como pocas veces.
De momento Lost sigue siendo Lost.
La solución a los sususrros no me gustó. El capitulo de Desmond el mejor de la temporada. Por fin la realidad alternativa va tomando color.
ResponderEliminarEstar en las nubes: La escena del final de Richard está hecha con bastante más clase que entre fantasmas (tampoco es que me emocionara precisamente). Lo de Iliana me ocurre como a ti, el personaje no es que estuviera aportando nada del otro mundo pero creo que podía (y posiblemente debía) haber dado más de sí. La escena de su explosiva muerte me divirtió pero me pareció un poco forzada.
ResponderEliminarAnónimo: La respuesta a los susurros era de las que menos me intrigaba, podían perfectamente haber pasado de ella y haberla dejado como parte del misticismo de la isla. Hay otras cosas que si me parecen más importantes a las que dar respuesta que por desgracia nunca la tendrán.
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