miércoles, 10 de marzo de 2010

Relaciones familiares en las series. Segunda parte.

La semana pasada publiqué una entrada donde se trataba el tema de las relaciones familiares entre padres e hijos. Mi humilde intención era crear un pequeño mosaico de series que han utilizado en sus historias dicho motor argumental para dotar a sus premisas de una mayor profundidad que las llevase a un nivel superior de emotividad y complejidad. Dado que mi primera intención no era solo quedarme con las relaciones entre padres e hijos sino abarcar todo su espectro familiar, hoy continuo y espero cerrar dicho tema con un post que espero sea lo suficientemente elocuente como para dejar zanjado (al menos por el momento) una cuestión que sin duda es tan apasionante y extensa como lo es en sí el mismísimo firmamento seriéfilo. Por esta razón, como seguro que me dejaré por el camino más de una relación importante que destacar, espero vuestra colaboración en los comentarios para que así entre todos seamos capaces de sacar a la luz la mayor parte de historias familiares que han poblado y pueblan nuestras series favoritas. No me enrollo más que la familia me está esperando……
s
¡Lean con cuidado!¡puede que haya algún que otro espoiler oculto!

Madre-hija

Si hay una serie que ha profundizado más y mejor en esa relación en particular esa es sin duda Las chicas Gilmore. En ella pudimos ver y comprender lo complicado que fue para Lorelai ser madre soltera, y lo difícil que es separar la responsabilidad materna de la desesperada necesidad de ser la mejor amiga de tu propia hija. Dicha necesidad nace a su vez como respuesta a la relación con su propia madre cuya altiva frialdad siempre la dejó un vacio interior que intenta no contagiar a su primogénita. En Friday Night Lights los roles se intercambian. Tyra Collette muchas veces tiene que adoptar el papel de madre ya que esta no se comporta como tal demostrando las veleidades e irresponsabilidades propias de una adolescente malcriada. Por su parte Sydney Bristow en Alias (por pura necesidad de afecto) aprende a confiar en una madre ausente y traicionera que tendrá consecuencias tan predecibles como también inimaginables, propias de una serie de acción llena de giros. En A dos metros bajo tierra el abismo generacional que hay entre madre e hija unido a una desgracia familiar devastadora es uno de los entresijos más importantes de la historia de los Fisher. Gracias a este complicado juego de afectos descubrimos lo difícil que es dejar que los hijos caigan en sus propios errores por otro lado indispensables para poder llegar a descubrirse a uno mismo.

Padre-hija

La historia de amor incondicional de Hank Moody hacia su hija Becca en Californication es una de las relaciones más autenticas y hermosas que podemos ver hoy en día en la pequeña pantalla. Con ella se demuestra que la ausencia de responsabilidades de un padre veleta y mujeriego no tiene porque estar reñida con el compromiso de este hacia su paternidad. Además la sobrada madurez de su hija nos hace ver que su declarado amor hacia su padre siempre tiene condiciones que deben llevarse a cabo sino se quiere correr el riesgo de pérdida de confianza. En Heroes una de las relaciones que más solidez daba a una historia ya naufragada era la comprendida entre Claire y Noah Bennet. En ella disfrutamos durante un tiempo de las maldades que es capaz de cometer un padre por proteger a una hija, que tiene además de un poder extrasensorial una capacidad de perdón casi infinita. Lástima que este interesante argumento cayese en las maleables manos de unos guionistas que se olvidaron por el camino de unos personajes de lo más humano. Volviendo a Alias la confianza resquebrajada y el nuevo y pausado acercamiento de Sidney hacia su hermético padre es uno de los leitmotiv más poderosos de una historia de acción y espionaje llena de situaciones engañosas. Una relación parecida (salvando las distancias en todos los aspectos) se establece entre Lila Garrity y su progenitor. La pérdida de confianza (en este caso por una infidelidad de este hacia su madre) sienta las bases de una relación rota que ha de curarse con el tiempo y el olvido. En el lado más crudo de dicha relación nos encontramos de nuevo con un Benjamin Linus capaz de sacrificar la vida de su propia hija (raptada), pagando con ello el alto precio del remordimiento y arrastrándose a sí mismo a una venganza personal, que tendrá importantes consecuencias tanto personales como de carácter general en la historia de la isla.

Madre-Hijo.

Muchos de los complejos paradigmas de la identidad de Tony Soprano están provocados por la turbulenta relación que tuvo con su madre Livia. Las primeras temporadas de la serie indagaban en los oscuros pasadizos de la personalidad de Tony, descubriendo que muchos de los problemas de afecto de este están provocados por una madre extremadamente autoritaria y opresiva de cuya alargada sombra no logra deshacerse del todo. En el caso contrario encontramos a Ruth Fisher. Una de esas increíbles y sacrificadas madres que tras perder a su marido quedan tan a la deriva emocional que son incapaces de entender las necesidades afectivas de unos hijos que también andan perdidos en busca de su propia identidad. Ruth necesitará varias experiencias insatisfactorias y algún que otro batacazo sentimental para llegar a comprender que solo en el corazón de su propia familia se hallaba el origen de una felicidad que en cualquier caso requería de mucha paciencia y comprensión. Por otro lado también es interesante comprobar cómo puede afectar la ausencia de este referente familiar en el caso concreto de un personaje como Benjamin Linus (Lost). Ese vacío emocional le impide acabar con la vida de dos madres como Rousseau y Penny en varios momentos importantes de la serie, aportando a ésta un plus de emotividad y sorpresa, y haciendo a este personaje tan despiadado y manipulador un poco más humano, acercándolo con ello a los espectadores.

Como veo que me he vuelto a extender demasiado con este tema dejo pendiente un último post donde desarrollar las relaciones familiares entre matrimonios y hermanos. Disculpar todas las ausencias importantes que haya podido tener. En cualquier caso ahora sois vosotros los que tenéis la oportunidad de recuperar todos y cada uno de mis olvidos.

7 comentarios:

  1. La relación de Tony Soprano con su madre daría para un post extensísimo (mi suegra es igualita que Livia).
    Lo de las Chicas Gilmore no hay quién se lo crea: si eso es la narración de una madre soltera que ha tenido que luchar por sacar a su hija adelante me muero de la risa (es que los ricos nunca me han dado pena). De todas formas confieso que la serie me gustaba (placer culpable).
    A dos metros bajo tierra se lleva la palma en cuanto a relaciones familiares. Abarca todas la posibles y se limita a mostrarlas sin juzgar a los personajes y que cada uno tome partido.
    Big Love plantea curiosas reflexiones a partir de una familia mormona tan alejada de lo que conocemos como fascinante e inquietante. Los padres de Bill Paxton-Bill Henrickson (qué gran actor) son como para darles de comer aparte: egoístas y venenosos sólo te puedes librar de ellos huyendo y negándoles.

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  3. Estar en las nubes: Es obvio que Las chicas Gilmore no es un excautivo retrato de las madres solteras, su tono y propuesta narrativa no van por ahí, esta es mucho más superficial y ligera. Pero también es verdad que todo lo que he resaltado de ella está implícito en la serie. Como dices A dos metros bajo tierra tiene muchísimas lecturas, también está la madre de Brenda una mujer atrapada en la mentira de la eterna juventud muy desligada de las necesidades de sus hijos. De Big Love ya hablaré de ella en el próximo post dedicado a matrimonios y hermanos.

    En cuanto a lo de tu suegra espero que no tengas que ir al sicólogo……

    ResponderEliminar
  4. Ruth es una de las madres más sufridas y desquiciantes de la parrilla americana. Me costo mucho cogerla el punto, pero al final Six Feet Unde no sería la misma sin ella.

    ResponderEliminar
  5. Mark: Una vida dedicada a los demás, aprende poco a poco a satisfacerse un poco más a sí misma. A mí me costó pillarle el punto a Brenda. Un poco caprichosa y siempre con esa actitud tan despreocupada.

    ResponderEliminar
  6. ¿Y qué me decís de la relación entre Dexter y su padre?

    ResponderEliminar
  7. Anónimo: Es una de las relaciones más interesantes que hay entre padres e hijos. En el post anterior ( las relaciones familiares entre padres e hijos) hablo de esa relación en particular.

    ResponderEliminar