sábado, 4 de septiembre de 2010

Y finalmente “V” es….

Llevo algún tiempo pensando si esta serie se merecía un post completo, o tan sólo uno o dos comentarios que me permitiesen quedarme a gusto y despreocupado. Normalmente a uno lo que más le apetece es escribir sobre lo que le gusta, o sobre lo que odia, ya que estos dos sentimientos suelen ser los dos principales motores de empuje a la hora de enfrentarse a una hoja en blanco, siendo la apatía anodina la peor de las emociones cuando tiene que escribir para cubrir un expediente, ya sea obligado por otros o autoimpuesto por uno mismo. Precisamente en esa zona de nadie se encuentra una serie como V. Llamada en su estreno a ser la gran esperanza “verde” de la ciencia ficción del futuro, por desgracia nos ha dejado muchísimas más sombras que luces, haciendo de su visionado una autentica yincana de emociones adversas que superar. Aún hoy no sé muy bien como he podido terminarla, y sin embargo para mi sorpresa (y probablemente la de muchos) me descubro pensando en ella de cara a su segunda temporada ¿Me habré convertido sin darme cuenta en un autentico yonky de series? No entiendo nada y al mismo tiempo lo entiendo todo. Sin duda debo ser víctima de algún tipo de arma secreta alienígena que no me deja desprenderme de esta serie. Lo vemos más adelante……


"Visionando su excelente piloto, aún
 no sabiamos lo que se nos venía encima"
Y es que V comenzó de la mejor de las maneras. Sus extraterrestres llegaron del espacio exterior con las mismas promesas de riqueza (en este caso argumentales), y nosotros pobres incautos nos dejamos seducir por sus luces de neón, y su premisa reciclada, ávidos de una nueva vuelta de tuerca a ese maravilloso cuento imperfecto que ya nos contaron (por televisión) cuando todavía éramos niños ingenuos. Su piloto, contundente y lleno de futuro abría las puertas de nuestra imaginación para poco después cerrárnoslas de un portazo en nuestras narices, con unos siguientes episodios que apenas hicieron avanzar la historia como realmente se merecía. Todo esto ya lo expresé aquí, y por ello no me extenderé más en mis comentarios. Con ese panorama en la cabeza parecía que uno ya tuviera suficientes lagartos vistos como para pensar en retomar de nuevo la serie. Pero como dije antes, algo en mi interior (aún no sé exactamente que fue) me empujo a ponerme con sus siguientes capítulos cuando la serie regresó a principios de año.


"¡No está en la peluquería! es que
 así se comprobaba que uno no era lagarto"
Después de la lluvia de críticas que le cayeron tras su primera toma de contacto, V decidió vestirse de gala con nuevas tramas y tonos más oscuros y certeros, y parece que la cosa funcionó. Al menos durante los tres o cuatro episodios siguientes algunas imágenes llegaron incluso a inquietarme, más allá de lo estrictamente previsible, con algún que otro hilo argumental con el potencial suficiente como para creer en la posible remontada. Por desgracia, pronto comprobamos que el intento se quedó solo en eso, y V volvió enseguida a ofrecer su peor cara (la del lagarto Juancho) con situaciones muy poco creíbles e incoherentes, y lo que es mucho peor a años luz del divertimento. Por suerte para ella (y supongo que para mí también) ya quedaban los suficientes episodios como para que el resto de su visionado se consumara sin excesivo sufrimiento. Arrastrado por la curiosidad (tal vez insana) decidí comprobar de primera mano hasta donde eran capaces sus responsables de llevar la historia en su recta final. A pesar de algún que otro intento morboso y efectivo por despertar a la audiencia, sus últimos capítulos no fueron más que un lamentable y poco original cúmulo de situaciones desaguisadas, la mayoría de ellas con altas dosis de precipitación y por ello muy poco efectivas. Aún así, la serie fue renovada in extremis, sin duda beneficiada por el estrepitoso descalabro de audiencia que sufrió su hermana mayor y gran apuesta de la cadena, Flashforward. Si había que renovar a una de las dos por obligación, yo sin duda me hubiese decantado por la del desfallecimiento global. Al menos ésta pocas veces dejó de entretenerme.

Resumiendo. Sus actores son mediocres tirando a malos, sus efectos especiales dejan mucho que desear, sus tramas no hacen más que dar bandazos de un lado para otro sin mucho sentido, sus diálogos son tibios y predecibles haciendo de sus personajes estereotipos mil veces vistos, ¡Si! ¡todo eso es cierto! ¡Pero sabéis qué! Lo mismo me veo frente al televisor, con su primer capítulo de su segunda temporada listo para ser consumido. Lo que digo, o soy masoca o esos lagartos creo que me han absorbido el cerebro.

3 comentarios:

  1. A mi me está entreteniendo, aunque no me gusta mucho Ana.

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  2. A mí no se me hizo demasiado difícil de ver, la verdad. Es decir, tenía el episodio, le echaba un vistazo, ni me parecía la leche ni me aburría del todo, y a otra cosa. Por eso no la dejé a medias, e incluso, con eso de que para pasar el rato me bastaba, pensé que quizá le daba una oportunidad a la segunda temporada.

    Lo que pasa es que, visto en perspectiva y habiendo tenido todo el verano de por medio, la verdad es que ahora mismo no me llama nada, así que ahí se queda. No creo que la eche de menos tampoco...

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  3. Anónimo: Al principio el personaje de Ana me resultó muy interesante aunque fuera muy diferente a Dyana (la antigua jefa de los lagartos). Ahora me deja bastante indiferente.

    Mina Harker: Quizá mi problema es que me emocioné con el piloto y esperaba algo más que el remake anodino y simplón en que se ha convertido. Creo, y recalco ese "creo", que para mí la serie ya está desechada y olvidada.

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