jueves, 19 de agosto de 2010

Deconstruyendo El Sequito.

Si la memoria no me falla (que podría ser) me parece que es la primera vez que voy a dedicarle una entrada completa en el blog a esa magnífica serie llamada El Sequito (Entourage). Si lo pienso bien, este hecho es bastante extraño y digno de reflexión ya que ha sido una de mis comedias favoritas de los últimos años, y es más que curioso que no me haya animado nunca a comentar algo más allá de unas pocas palabras aquí y allí en listas y recopilaciones. Para subsanar este lamentable error por mi parte hoy voy a intentar adentrarme en las catacumbas de mi memoria (que os aseguro que son muy oscuras) para descomponer o recomponer (según se mire) esta estupenda serie, cuya séptima temporada se encuentra actualmente en emisión en su cadena de costumbre (HBO). Esta deconstrucción estará desprovista de spoilers ya que su única finalidad será hacer un breve repaso (con la mayor pulcritud posible) a sus seis temporadas de entrañable y electrizante entretenimiento, siendo mi único objetivo animar a todos aquellos internautas que no lo hayan hecho todavía a darle una oportunidad a esta serie, cuyo interior os aseguro es mucho más complejo y rico de lo que aparenta en la superficie. Deconstruyamos pues…….

La primera temporada es la más corta (ocho episodios la completan) que en realidad solo sirve para dar a conocer a sus personajes, siendo su agradable ligereza y falta de ambición sus mejores y únicas virtudes. En ella nos encontramos con Vincent Chase, una estrella de Hollywood en ciernes, cuyo séquito (sus dos colegas de la infancia y su hermano vieja estrella de televisión) le acompañan siempre en sus correrías sin más ambiciones que pasárselo bien. Sin una trama demasiado concreta y el humor como única punta de lanza, la serie todavía se mueve entre la banalidad de sus personajes y una deslumbrante ambientación de la farándula hollywoodiense que entretiene precisamente por toda su morbosa artificiosidad. Llegada la segunda temporada la vida de Vincent Chase y su séquito comienza a mostrar sus primeras cartas de genialidad con muchos de los mejores momentos de la serie ejemplificados especialmente en esa joya de personaje llamado Ari Gold. La irrupción del hiperactivo agente de Vincent en la trama principal es todo un torbellino de sensaciones contradictorias y perturbadoramente excitantes, que vierten las primeras dosis de mala leche en la historia dejándonos ver todas las interesantes posibilidades que ofrecerá su relato de cara a sus próximas temporadas.

La tercera (la mejor) ya es todo un alarde de inteligencia sutil. Su desparpajo humorístico actúa como un aguijón que esconde siempre una fina y exquisita crítica pueril, a todo ese despiadado universo que orbita alrededor de sus propias estrellas, en este caso las llamadas Hollywoodienses. Y lo que es mejor, lo logra sin olvidarse en ningún momento que el entretenimiento es la clave de todo para dar de lleno en la diana de la adicción televisiva. Los guiones actúan como tentáculos tocando todas las teclas posibles dentro de sus márgenes, y todos y cada uno de sus personajes se vuelven más reales y cercanos según se desarrolla el relato conectando directamente con la parte más humana del espectador. Ya en la cuarta temporada se comienza a perder algo de frescura al repetirse demasiado a sí misma, desajustándose por el camino todo ese perfecto equilibrio (recientemente encontrado) entre “fashionismo” y cinismo en favor del primero. Sus tramas se vuelven demasiado autoindulgentes centrándose más en mostrarnos todo el abanico de personajes que merodean alrededor de los protagonistas en lugar de escarbar en la repercusión que tienen tales sobre éstos. Aun así la frescura de sus diálogos permanece intacta, y su deslumbrante arsenal de estrellas invitadas logra que no decaiga en exceso una historia que por otro lado ya es evidente que comienza a dar signos de cansancio.

La quinta temporada es probablemente la más oscura y dramática de todas. Zarandeando un poco a su protagonista con excelentes trabas argumentales de por medio, se logra marcar un punto de inflexión en la serie que la rejuvenece a la par que la hace más incomoda pero igualmente estimulante. La bajada a los infiernos de su protagonista (siempre desde un punto de vista aligerado y humorístico) proporciona a la serie nuevas cualidades dramáticas que explorar logrando con ello novedosos momentos realmente brillantes. Su sorprendente y entrañable guiño final de temporada podría haber sido un estupendo cierre de serie si no se hubiera querido alargar el producto más allá de lo recomendable. Por desgracia no ha sido así, y nos hemos encontrado con una sexta temporada en claro retroceso, cansada y obsesionada por deslumbrar al espectador con sus estrellas invitadas, y con poco que ofrecer más allá de algún que otro dialogo corrosivo de Ari, o algún que otro momento ofrecido por un siempre incómodo y desarmantemente humano y resurgido Johnny Drama. Por otro lado tan poco nos llevemos las manos a la cabeza. Por suerte el descalabro no es tal ya que el encanto de sus protagonistas sigue siendo lo suficientemente arrebatador como para no caer nunca en el hastío. Eso sí, llegados a un punto no se podrá vivir eternamente de dicho encanto.

Parece que sus creadores ya han tomado nota y solo habrá dos temporadas más rematadas con una película en 2012. Demasiada mecha para tan poca chispa a mi entender. Espero equivocarme.

3 comentarios:

  1. a mi me encantó la cuarta temporada, creo que ha sido la temporada más frenética aunque la tercera también es muy buena, yo creo que ya le empecé a agarrar el punto por el final de la segunda temporada, de ahí en adelante la adoré, de la sexta a mi me gustó, tuvo algunos bajones pero nada alarmantes

    saludos!

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  2. Alejandro A: La sexta la encuentro más superficial que de costumbre, especialmente los primeros episodios. A excepción de Drama creo que los personajes se están estancando un poco o es que yo me estoy cansando un poco de ellos. Pero nada alarmante......

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  3. Acabo de ver hasta la sexta. Sin palabras. Que serie tan maravillosa. Personajes humanos, Jhony Chase y Ari Gold de los mejores que he visto jamas. Perfecta.

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