El año pasado nos cancelaban por desgracia una de las series más entrañables y amables que ha dado la televisión americana en los últimos años. Por supuesto estoy hablando de Me llamo Earl. En 2005 Bryan Singer en la producción y Greg García en la creación ponían en marcha un proyecto personal que durante cuatro temporadas nos hizo partícipes de una divertida historia de redención, fraternidad y amistad plagada de personajes de lo más pintoresco. Sus protagonistas, unos inadaptados sociales de una dignidad y humanidad sin igual nos hicieron pasar cuatro años de risas (y también es cierto que de algún que otro bostezo ocasional) dejando eso si a su paso una imborrable huella televisiva que siempre perdurará en lo más alto nuestro imaginario colectivo. En mayo de 2009 la cadena NBC cancelaba la serie por baja audiencia (como no) abandonándola a su suerte al borde del precipicio de una nueva trama, que nos dejaba a su vez a nosotros (pobres espectadores) con la desagradable sorpresa de no saber si Earl lograría o no tachar todos los nombres de su famosa lista, y lo que es peor qué ocurriría con su Karma una vez finalizada su quimérica aventura. He de decir que sabiendo de antemano de tal amputación argumental me negué a visionar sus últimos episodios con el fin de quedarme con el grato recuerdo que deja su episodio 4x19 (Mi nombre es alias). En dicho capítulo descubrimos por fin la verdadera identidad de uno de mis personajes favoritos (el hombre cangrejo) y además logramos de esta manera despedirnos de la serie como se merece quedándonos con una sensación final mucho más gratificante y satisfactoria...….
Echando la vista atrás recuerdo sus primeras temporadas llenas de vitalidad y frescura donde empezábamos a conocer los primeros escarceos de Earl con su lista y el Karma. Sus historias episódicas siempre moralistas pero igualmente reconfortables se convertían en ese refugio de “buenrollismo” donde acudir los días más alicaídos de nuestra existencia. Earl solía soltar por su boca o a través de su voz en off todo tipo de frases reflexivas (muchas de ellas culturalmente inapropiadas) en busca de respuestas para su redención mientras Randy siempre a su lado las remataba con esa inocencia suya tan característica y tan descojonantemente llena de sincera honestidad. La verdadera identidad del hombre cangrejo todavía era un maravilloso misterio que tendríamos que descubrir más adelante y aún nos sorprendía el amor incondicional que procesaba éste hacia su mujer Joy Turner, la cual siempre se las ingeniaba para caernos rematadamente bien a pesar de toda su desesperante aspereza de carácter. Los padres de los hermanos Hickey (de paciencia infinita) aportaban su granito de arena a algunas de las tramas más serializadas de la serie, y la desconcertante belleza sexual de Catalina todavía aportaba al relato algo más que un simple objeto de deseo que es en lo que se acabó convirtiendo en temporadas posteriores.
¡De aquí en adelante algún que otro spoiler! Con la tercera temporada llegaron las innovaciones narrativas y también argumentos demasiado alejados de sus originarios planteamientos. Llevar a la cárcel a Earl le restó movilidad a su personaje y por consecuencia sus tramas se resintieron demasiado enclaustradas entre los muros de una prisión que daba muy poco juego. El dúo Earl-Randy perdía parte de su esencia con esta nueva forzada relación carcelaria y la chispa de sus diálogos perdió efectividad y frescura amortajada por unas historias demasiado espesas y algo más oscuras de lo habitual. La original propuesta argumental que llegó después aunque muy innovadora no tuvo mejor suerte ya que se quedó a medio camino entre la sitcom de toda la vida y la disparatada y ágil comedia de siempre. Me llamo Earl se hallaba tan enferma como su personaje principal y yacía a su lado adormecida entre las sabanas de un protagonista que en estado comatoso no resultaba ni mucho menos tan excitante y gracioso como antes. Sin embargo con la cuarta temporada el sol volvía a brillar por todo lo alto. Llegaron de nuevo las viejas pero entrañables historias de siempre y con ellas volvía a florecer su endiablado humor de antaño. Es cierto que la interminable lista de maldades de Earl ya no parecía tener fin, que la estructura de sus episodios se repetía en exceso y que algunos personajes secundarios quedaron desdibujados con el paso del tiempo pero esta vez nos daba igual porque su propuesta seguía conservando todo ese condenado humor quisquilloso, amigable y algo subversivo que siempre la había caracterizado.
No sé si por pura nostalgia alguna vez acudiré a sus episodios finales o por el contrario acabaré quedándome siempre con esa última imagen de sus protagonistas cenando alegremente en torno a una mesa de la caravana de los Turner. Eso sí, decida lo que decida lo que si tengo claro es que siempre acabaré echando de menos: la sencillez de Randy, el humor cruel de Joy, la bondad e inteligencia escondida de Darnell, la inocente sexualidad de Catalina y por encima de todos ellos a un Earl Hickey que espero obtenga su redención final aunque solo sea en el cielo de las historias inacabadas.
Dios si me vas a hacer llorar. Fue una cancelación tan injusta tan a traición, nos dejaron con ese pedazo cliffhanger... que iba a hacer tomar un nuevo y muy interesante rumbo a la serie.
ResponderEliminarCoincido en que la tercera temporada fue bastante flojilla compárandola con cualquiera de las otras. Además me dolió que al final Catalina pasase a ser un personaje ocasional que de vez en cuando saltaba en el chubbys.
Pero tenía momento de pura genialidad, era divertida, con personajes realmente inolvidables y un prota con bigote y los bigotes molan.
justo ayer empecé la 4ta,las 2 primeras las ví hace tiempo y me encantaron xo la 3ra fue soporífera con lo d la cárcel y luego el coma,no había x donde cogerlo,xo voy a acabar de verla a ver si remontaron y si lo dejan tan mal como decís
ResponderEliminarEra una comedia genial, una autentica putada su cancelación porque era tan original que se le echa mucho en falta. Grande Earl y compañía!
ResponderEliminarSaludos!
Genial despedida que te has marcado para Me llamo Earl, pero una pequeña puntualización. No fue la FOX quien la canceló, sino la NBC ;)
ResponderEliminarDesde mi punto de vista, sus primeras temporadas son unas joyitas dentro de la comedia americana de los últimos años y aunque las dos últimas flojearon, tuvieron sus momentos.
Me resulta curioso que hayas decidido parar justo cuando estás apunto de acabarla pero en verdad, casi que mejor porque nunca perdonaré a la serie que de despidiera con un "to be continued", siendo este el primer cliffhanger en 4 temporadas, cuando sabía que la cancelación era inevitable.
Rebeca Sánchez: No pensaba seguir con la serie más allá de ese capítulo que he comentado, porque no quiero despedirme de ella con un cliffhanger sin continuidad. Pero lo cierto es que después de escribir sobre ella y leer vuestros comentarios me ha vuelto a picar y posiblemente la retomaré para comprobar lo que hicieron con su parte final.
ResponderEliminarEarl y Tom Selleck son los personajes/persona seriéfilos a quien mejor le quedan los bigotes.
John Connor: La tercera me parece que tiene un planteamiento muy original y aplaudo su riesgo artístico aunque el tiro les saliera por la culata. La cuarta vuelve con todo su esplendor lástima que se la cargaran y no le dieran su merecido final.
Un telespectador más: Me encantan sobre todo sus personajes, espero que la nueva de Greg García nos regale más tipos como estos.
Moltisanti: Tienes toda la razón, creo que pasó de Fox a NBC y allí se la cargaron. Menos mal que te tengo a ti para estas pequeñas correcciones.
Seguro que la retomo el día menos pensado para comprobar de primera mano el destrozo que nos hicieron.
Saludos a todos.
Muy infravalorada, desde luego.
ResponderEliminarqué pena, siempre se nos acaba la diversión :(
Era una serie tronchante. Los capítulos de las dos primeros los he visto varias veces y no me canso de ellos. Sin embargo, aún me quedan las dos últimas, que me las guardo para verano. Pero estoy segura de que me regalará grandes risas.
ResponderEliminarGenial entrada de una serie que es muy divertida, pero que ha pasado bastante inadvertida.
Saludicos
Brian Edward Hyde: Por lo menos tenemos cuatro temporadas para disfrutar y multitud de episodios para divertirnos.
ResponderEliminarLipooh: La tercera a pesar de ser má floja entretiene y deja algunos momentos muy buenos. La cuarta vuelve a su mejor version. Eso si Catalina apenas aporta nada. Los episodios del hombre cangrejo los mejores.
Esta y Scrubs eran series que me divertían siempre
ResponderEliminarAnónimo: Nunca le cogí el punto a Scrubs, una pena porque parecía bastante divertida. Quizá era el tema de los hospitales que no puedo con él.
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