martes, 16 de marzo de 2010

Segunda condena en Oz

Lo primero que quiero dejar claro es que lo del título de la entrada no va con segundas. No creáis ni por un instante que me está resultando una tortura el visionado de esta serie. Más bien todo lo contrario, uno no puede dejar de disfrutar de todas esas miserias humanas como si fuese un preso más que deambula por los pasillos de una cárcel, en cuyas celdas se encuentran unos presos que desprenden un claro olor a esperanza podrida. Después de una primera temporada espectacular y extrema donde cada episodio se convertía en una autentica montaña rusa de diversión descorazonadora, esta segunda continua con la misma estructura, ritmo e intensidad que su predecesora, mostrándonos de nuevo las vidas de sus inquilinos (ya sean de uno u otro lado de los barrotes) tras los devastadores hechos acaecidos al final de su anterior temporada. Bien es cierto que tal vez a este nuevo infierno carcelario le falte un poco más de solidez en su conjunto, pero no por ello deja de ser menos fascinante y cautivadora su propuesta final, pues entre todos sus rincones seguimos encontrándonos con toneladas de sabiduría que sirven para descubrirnos la parte más oscura y salvaje de la condición humana. Veamos pues que nos ha ofrecido esta segunda condena en Oz….

A partir de aquí ineludibles spoilers.

Terminar la temporada pasada con un motín carcelario significaba un reciclaje casi total en algunas de sus tramas con un punto y aparte de lo más sugerente y arriesgado. El primer episodio de esta nueva etapa es todo un despliegue de inteligencia y capacidad de síntesis al mostrarnos a modo de puzle la investigación de dichos acontecimientos de una manera tan ambiguamente precisa como también intrigante y compleja en sus conclusiones finales. La muerte de varios presos y agentes de la ley en dicho asalto sirve para poder comenzar de cero con una historia que en realidad continuará siendo la misma de siempre. La mayoría de personajes siguen su camino de autodestrucción y decadencia, mientras que otros (los menos) encuentran dentro de sí mismos algún que otro motivo por el cual poder tirar hacia delante en un entorno que por otro lado continua siendo de lo más hostil y peligroso.


Posiblemente sea el personal de la prisión al que más le haya tocado reajustarse emocionalmente en esta temporada. Tim McManus se ha dejado por el camino parte de esa utópica integridad que siempre le ha caracterizado, desmotivado ante la falta de éxito de su primera iniciativa reeducadora. Al sacerdote Ray Mukanada le ha costado parte de si mismo recuperar toda su fe, resquebrajada tras ser víctima de unos presos con demasiadas ansias de venganza. La doctora Gloria Nathan pierde a su marido por culpa de un enamoramiento/obsesión que no supo o no quiso controlar a tiempo, y hasta a la Hermana Peter Marie le cuesta encontrar su paciencia infinita al enterarse de que un preso enajenado tiene la clave del asesinato de su marido. Y es que en definitiva la serie también nos cuenta las desastrosas consecuencias de estar cerca de ese universo contagiosamente dañino que es Oz, del que nadie escapa de ser alcanzado por su perjudicial influencia.


Una de las mayores virtudes que siempre ha tenido esta serie es que consigue resultar novedosa a pesar de estar constantemente encorsetada en un espacio argumental tan cerrado como son en este caso las paredes de una prisión. Estos nuevos ocho episodios son un claro ejemplo de este vendaval de frescura narrativa de la que hablo, al traernos nuevos personajes con los que hacer avanzar algunas de sus tramas más antiguas. La mujer condenada a muerte y su platónica y efímera relación amorosa con el brutalmente indefinido Adebisi, o el asesino latino apodado “el cid” que la toma nada más entrar en la cárcel con un Miguel Hernández más inseguro de lo habitual, son quizá los ejemplos menos interesantes de este nuevo empujón al relato. Sin embargo la aparición en la trama del hermano de Ryan O'Reily (y sobre todo sus devastadoras consecuencias finales), el despiadado Chris Keller y su decisivo papel en el engaño de Vernon Schillinger a Tobias Beecher, o el personaje del asesino-poeta (claro ejemplo de una posibilidad de redención desperdiciada), pertenecen a la cara más lúcida e inteligente de una historia global que sólo puede avanzar hacia delante a base de una renovación constante en sus tramas.

Quizá las reflexiones de Augustus Hill no sean tan perspicaces como antes, pero siguen sirviendo como estupendos encabezados narrativos para los argumentos de las historias que se nos están contando. También existen algunos giros de guión excesivamente forzados para provocar un mayor impacto emocional en el telespectador, pero nada que no se pueda encajar con normalidad tras un pequeño esfuerzo por nuestra parte. En resumen, más deshumanización y desorden afectivo-emocional descritos con un estilo y ritmo tan sumamente bien acertados que uno se pregunta constantemente como es capaz de disfrutar de semejante “collage” de inmundicias humanas. Y es que Oz por encima de todo es un fantástico y complejo relato de los demonios que llevamos todos dentro. Aunque sin duda algunos los tengamos mucho más monstruosos e incontrolados que otros.

7 comentarios:

  1. da gusto leer posts de Oz,una serie tristemente poco conocida y q yo tengo en mi top 5 sin duda;buen post,solo quiero avisarte de q has conocido a uno de los mejores personajes q yo he visto en este maravilloso mundo de las series,el gran Chris Keller,prepárate¡¡¡
    espero impaciente el siguiente post xq el final de la 3ra es brutal.Un Saludo

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  2. John Connor: Desde luego es uno de los personajes que más me ha gustado de la nueva temporada. Si me dices que a partir de aquí va cogiendo protagonismo mejor que mejor. La tercera la comenzaré en breve.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Aquí un declarado admirador de Keller, un personaje fascinante donde los haya (produce el mismo rechazo que atracción)

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  5. Estar en las nubes: Desde luego el actor tiene mucho carisma y el tándem con Schillinger puede dar mucho juego. Tengo ganas de ver qué ocurre con Beecher después de semejante engaño. Decidido esta noche comienzo con la tercera.

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  6. Beecher, Schillinger y Keller son un grandísimo trío. Dan muchísimo juego en la trama.
    Aún así me quedo con la capacidad de manipulación que tiene Ryan O'Reily.

    Una alegría ver al actor también en Rescue me, aunque sea poco.

    Saludos!

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  7. Yorch: Beecher y O`Reily siempre han sido mis personajes favoritos, Especialmente el primero y su bajada a los infiernos. Por otro lado espectacular reparto el de Oz, plagado de actores que han triunfado en otras series.

    Saludos a todos.

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