Es muy refrescante encontrarse de vez en cuando con una serie en la que en un principio no esperabas encontrar nada especial, pero que finalmente termina por gustarte tanto. Mi acercamiento a ella fue una cuestión de puro azar, algo de instinto y el poso de alguna que otra recomendación transitoria. En realidad venderla como una mezcla entre Skins y Heroes nunca fue suficiente reclamo para un servidor, que no ha visto la primera (aunque piensa remediarlo en breve) y se bajó hace tiempo de la segunda harto de tanta pérdida de coherencia argumental. Y es que el secreto de esta pequeña joya británica radica precisamente en la humilde sinceridad de sus personajes, y en su descarada falta de ambiciones épicas y comerciales, que muchas veces suelen ser un lastre demasiado pesado si su propuesta final no llega a alcanzar sus desmesurados objetivos iniciales. De esta manera Misfits se convierte en un soplo de aire fresco entre tanta ciencia-ficción trascendental y apocalíptica, siendo la única capaz de llenar ese vacío que nos ha dejado una temporada repleta de nuevos productos que no han estado a la altura de lo esperado. Si queréis conocer “los delirantes poderes” que se encuentran dentro de esta magnífica serie venid conmigo a resguardaros de la lluvia y los rayos dentro de mi post, una extraña tormenta se está acercando……
Y es que ese particular incidente meteorológico es el desencadenante de la mayoría de los hechos que se desarrollan en Misfits. Esa insólita tormenta capacita de poderes a muchos de sus habitantes, dotándolos de misteriosas y en algunas ocasiones hasta cómicas facultades extrasensoriales, que para más suspense e intriga la mayoría de las veces suelen actuar de una manera arbitraria e incontrolable (o al menos en un principio). La nueva mirada (a esa historia mil veces contada) consiste en alejarse de la grandiosidad y el efectismo de siempre para focalizarla en un relato mucho más sencillo, directo y cargado de un humor sutil y trasparente. Sus protagonistas son cinco jóvenes inadaptados que se encuentran realizando servicios a la comunidad por haber cometido varias infracciones de muy diferente índole. Tras recibir sus dones especiales se verán inmersos en un asesinato que será parte de la trama de casi toda su primera y corta temporada de seis episodios. Con cada capítulo la historia y sus personajes se irán haciendo más sólidos y adictivos, hasta acabar con un final de sesión de lo más trepidante, inteligente y divertido, tras el cual terminaremos adorando a una de las series más ingeniosas y originales de los últimos años.
Otra de las grandes virtudes de Misfits es que aquí los súper-poderes parecen más una maldición que una excelente ventaja. La mayoría de las veces sus protagonistas se verán condenados a sufrir las consecuencias ocasionadas por sus ingobernables poderes, especialmente cuando afectan a sus vidas personales. Como no quiero desvelar ninguno de éstos (ya que descubrirlos es parte del encanto de la serie) solo diré que algunos de ellos serán vitales para el desenlace final de la serie, tanto en su versión redentora y/o salvadora como en su estado más dañinamente divertido. Como también ocurre en la serie Skins cada capítulo suele enfocarse en cada uno de los personajes. Gracias a esta inteligente estructura todos ellos terminan por desarrollarse de una manera mucho más compleja y satisfactoria, logrando además dotar al conjunto de una mayor cohesión, que se desmarca así de la dispersión narrativa habitual en el que suele caer este tipo de género (véase como claro ejemplo Heroes). Aparte las diferentes historias con sus respectivos personajes secundarios (disparatados poderes incluidos) acaban aportando un punto extra de humor, singularidad y también cinismo que unidas a una trama ya de por sí bastante hilarante hacen de su visionado un autentico placer tan surrealista como hermosamente humano.
Pero tampoco perdamos de vista la oscuridad que subyace en esta serie. En ella también podremos encontrar el retrato de una juventud descerebrada que sólo busca divertirse, la excesiva crudeza de la violencia y la aparente facilidad con la que estos jóvenes la aceptan como algo que es tan parte de sus vidas como lo son también los videojuegos o la música. Además podremos sentir la terrible soledad del inadaptado social, la tentación de las drogas y sus consecuencias, el vacío que puede provocar el sexo sin amor, la conducta agresiva como modo de relación con los demás, la constante desacreditación de todo y de todos para sentir un poco menos el abandono paterno. Y lo más importante, lo jodidamente divertidas que resultan todas estas situaciones tan dramáticas a través de la mirada ácida de unos adolescentes cuyos poderes nunca impiden que su realidad sea menos amarga.
Y es que ese particular incidente meteorológico es el desencadenante de la mayoría de los hechos que se desarrollan en Misfits. Esa insólita tormenta capacita de poderes a muchos de sus habitantes, dotándolos de misteriosas y en algunas ocasiones hasta cómicas facultades extrasensoriales, que para más suspense e intriga la mayoría de las veces suelen actuar de una manera arbitraria e incontrolable (o al menos en un principio). La nueva mirada (a esa historia mil veces contada) consiste en alejarse de la grandiosidad y el efectismo de siempre para focalizarla en un relato mucho más sencillo, directo y cargado de un humor sutil y trasparente. Sus protagonistas son cinco jóvenes inadaptados que se encuentran realizando servicios a la comunidad por haber cometido varias infracciones de muy diferente índole. Tras recibir sus dones especiales se verán inmersos en un asesinato que será parte de la trama de casi toda su primera y corta temporada de seis episodios. Con cada capítulo la historia y sus personajes se irán haciendo más sólidos y adictivos, hasta acabar con un final de sesión de lo más trepidante, inteligente y divertido, tras el cual terminaremos adorando a una de las series más ingeniosas y originales de los últimos años.
Otra de las grandes virtudes de Misfits es que aquí los súper-poderes parecen más una maldición que una excelente ventaja. La mayoría de las veces sus protagonistas se verán condenados a sufrir las consecuencias ocasionadas por sus ingobernables poderes, especialmente cuando afectan a sus vidas personales. Como no quiero desvelar ninguno de éstos (ya que descubrirlos es parte del encanto de la serie) solo diré que algunos de ellos serán vitales para el desenlace final de la serie, tanto en su versión redentora y/o salvadora como en su estado más dañinamente divertido. Como también ocurre en la serie Skins cada capítulo suele enfocarse en cada uno de los personajes. Gracias a esta inteligente estructura todos ellos terminan por desarrollarse de una manera mucho más compleja y satisfactoria, logrando además dotar al conjunto de una mayor cohesión, que se desmarca así de la dispersión narrativa habitual en el que suele caer este tipo de género (véase como claro ejemplo Heroes). Aparte las diferentes historias con sus respectivos personajes secundarios (disparatados poderes incluidos) acaban aportando un punto extra de humor, singularidad y también cinismo que unidas a una trama ya de por sí bastante hilarante hacen de su visionado un autentico placer tan surrealista como hermosamente humano.
Pero tampoco perdamos de vista la oscuridad que subyace en esta serie. En ella también podremos encontrar el retrato de una juventud descerebrada que sólo busca divertirse, la excesiva crudeza de la violencia y la aparente facilidad con la que estos jóvenes la aceptan como algo que es tan parte de sus vidas como lo son también los videojuegos o la música. Además podremos sentir la terrible soledad del inadaptado social, la tentación de las drogas y sus consecuencias, el vacío que puede provocar el sexo sin amor, la conducta agresiva como modo de relación con los demás, la constante desacreditación de todo y de todos para sentir un poco menos el abandono paterno. Y lo más importante, lo jodidamente divertidas que resultan todas estas situaciones tan dramáticas a través de la mirada ácida de unos adolescentes cuyos poderes nunca impiden que su realidad sea menos amarga.
Gran análisis y crítica, poco que añadir excepto que me parece el mejor estreno (que haya podido ver, claro) de 2009.
ResponderEliminarY si te ha gustado Misfits, hazte con Skins porque comparten muchos elementos, como el retrato a la juventud actual y el excelente uso y disfrute de la música ;).
Me encanta su humor negro y sus personajes, la forma de utilizar sus poderes y su banda sonora, increible yo disfruté mucho con ella.
ResponderEliminarChapeau por el post, Watanabe. Como dice Alex fue una de las sorpresas del año pasado. La grandeza de la series brits es que te lo muestran todo sin artificios y van directamente al grano. Pocos episodios y personajes, y altas dosis de humor descarnado que no sirve para otra cosa que ocultar la cruda realidad.
ResponderEliminarY sí, ponte con Skins, una de mis favoritas :)
Alex: Bueno uno de esos posos de recomendación de los que hablo en el post viene de tu parte. Así que aprovecho para agradecerte una de esas grandes recomendaciones tuyas.
ResponderEliminarSkins la tengo preparada en la parrilla de salida pero no acabo de encontrarle hueco. Eso sí más tarde o temprano caerá.
Satrian: Tienes razón, una de las cosas que más me gustó de la serie fue su banda sonora, grave error el mío no destacarla en el post.
Jaina: Yo cada vez estoy más interesado en las serie británicas. Nos ofrecen otro tipo de relato más crudo y directo, que siempre viene bien para compensar tanto artificio americano sobre todo en este tipo de series. Tengo pensado ponerme en breve con Being Human, ¿alguien puede decirme algo de ella?
Saludos a todos.
Yo también comparto que es una serie que no cae en lo tópico, yo acabé enganchado completamente a Kelly.
ResponderEliminarYo he visto la 1ª temporada y el 1ª de la 2ª de Being Human. También se escapa de lo típico, refleja más bien el lado humano de lo que significa ser un vampiro, un fantasma o un hombre lobo. Te la recomiendo.
Yo he visto sólo la primera temporada(6 epis) de Being Human, pero vale la pena. Es una mirada distinta al tema sobrenatural. Me sorprendió para bien.
ResponderEliminarYorch y Jaina: Yo al principio tuve problemas para conectar con Nathan, pero al final acabó por conquistarme.
ResponderEliminarGracias a los dos por vuestra recomendación, después de lo bien que lo he pasado con Misfits, tengo mono de ese tipo de historia con toque British.
Un saludo.
Hombre, un poco comercial sí que fue. Y lo digo por ese maravilloso inicio de serie que permitió que la empezara: esa canción (de hot chip) mientras se visten... me dio uno de los subidones más inesperados de mi historial teléfilo. No esperaba caer en las redes de esta serie inglesa, más que nada porque tengo tendencia a ignorar las series británicas. No por cuestión de calidad, sino por una falta de interés irracional.
ResponderEliminarPero sólo he visto 3 episodios. A ver si un momento de estos le pongo punto y final al asunto.
Critico en serie: Pues lo cierto es que a mí el piloto tampoco es que me cautivara demasiado, fue capitulo a capitulo cuando fui enamorándome de esta historia tan original.
ResponderEliminarMe estaba reservando este post para cuando acabara de ver la serie y no sabes cuánto me alegro de haberlo hecho. Excelente análisis que me ha hecho pensar en unos cuantos aspectos que me han pasado por alto. Como ya te han dicho antes, Skins te va a encantar (las dos primeras temporadas, la tercera es otra cosa). No tengas prisa si no tienes hueco, es mejor verla en su momento.
ResponderEliminarEstar en las nubes: Te diré ya que lo mencionas que probablemente me pondré con Skins este fin de semana. Echo de menos esos tonos grises y azulados (tan british) de Misfits.
ResponderEliminarUn Saludo.