martes, 22 de diciembre de 2009

Decepcionante The Prisoner 2009.

Lo primero que quiero comentar para que a nadie le pille por sorpresa es que si he conseguido terminar sus seis desconcertantes episodios ha sido por pura inercia. Mi desesperado instinto analítico me ha llevado hasta el último capítulo a tientas en la oscuridad, en busca de algún soporte donde agarrarme que por desgracia nunca ha llegado. Tras este hecho mi sensación final (como no podía ser de otra manera) ha sido de una total y completa decepción, que me lleva a pensar en las magníficas posibilidades desperdiciadas que tenía una obra tan interesante como esta. A los que hayan disfrutado con la nueva versión del clásico de los sesenta, darles mi sentida enhorabuena, y a los que (como yo) se hayan sentido desencantados con ella asegurarles que no están solos en ese laberinto de incertidumbre en el que se encontraron tras el visionado de semejante desbarajuste narrativo......

Antes de su estreno The Prisoner se había convertido por derecho propio en uno de esos proyectos que inevitablemente te llenan de ilusión y confianza. Las razones eran evidentes; el remake de una de las series antiguas más prestigiosas y originales, un reparto sensacional con actores de la talla de Ian Mckellen o James Caviezel, y encima creada por una de las mejores cadenas emergentes que hay hoy en día en el panorama televisivo como es AMC, responsable de las magistrales Mad Men y Breaking Bad. Todo esto y más hacían presagiar un festín audiovisual inolvidable. Por desgracia no podíamos estar más lejos de la realidad.


¡Posibles spoilers!

Y eso que su piloto no hacía pensar tal cosa. En los inicios de la serie asistimos al desconcierto de su protagonista que se encuentra perdido en un mundo al cual asegura no pertenecer. Las primeras imágenes de “La Villa”, resultan exóticas y cautivadoras, y los primeros momentos de su infructuosa búsqueda son lo suficientemente cautivadores como para seguir interesados por ese extraño puzzle, que (todavía suponemos) seguirá juntando piezas a medida que avance la historia. Todo en este primer asalto es inquietante, desde esas perfectas casas alineadas en medio de un desierto que parece prefabricado, pasando por esa artificial felicidad que acompaña siempre a sus habitantes cuyos nombres son números. Y acabando por esas torres gemelas de cristal, que en la lejanía, parecen ya desde un primer momento que escondan la llave de los misterios de la serie. Su piloto aunque no consiga fascinar, si logra trasmitir la sensación de que todo está por descubrir, y nos incita con la suficiente solvencia a que vayamos en busca de los secretos que nos aguardan en los próximos episodios.

Sin embargo en su siguiente capítulo nos encontramos con más de lo mismo. La historia en vez de avanzar con firmeza hacia lugares inexplorados donde tejer nuevos misterios, se va enroscando en si misma de tal manera que acaba arrastrando a su personaje principal (y a nosotros también) a un abismo de confusión del que sólo lograra escapar (y con reparos) en su parte final. Entre medias asistimos a un montón de insólitos hechos irrelevantes que en vez de envolvernos con un ambiente hipnótico y cautivador lo único que consiguen es que el desorden de su narrativa sea aun mayor. Asistimos una y otra vez a varias de las elipsis más ilógicas y arbitrarias que se hayan visto últimamente cuyo único objetivo es el de desorientarnos. Su irrealidad está hecha con tanto artificicio que la sensación de ensoñación que pretende conseguir resulta cargante y vacía. Tan solo esos perturbadores agujeros en la tierra (ecos de un mundo lejano) lograron interesarme más allá de un guión que ya estaba tan resquebrajado como la propia mente de sus protagonistas. A pesar de los continuos vaivenes de la trama, en su desenlace encontramos algunas respuestas y muchas dudas. Y es que todas las claves sobre las que se sostiene The Prisoner ya no resultan tan sorprendentes como deberían. Puede que en la época en que se llevó a cabo por primera vez resultara poco menos que innovadora, pero ya en el siglo veintiuno su propuesta se ha quedado demasiado obsoleta, manoseada por la ciencia-ficción en innumerables ocasiones.

Me parece que la parte final de este post ha sido tan espesa como el show al que he estado haciendo referencia. Si ha sido así sepan disculpar mi error. Después de ver The Prisoner mi cabeza se encuentra con tal desbarajuste de ideas, que encontrar algo coherente y sencillo en mi interior ha resultado tan complicado como resolver los misterios de la propia serie. ¡Otra vez será!

5 comentarios:

  1. A mi tampoco me gusto nada, me resulto aburridisima y con un ritmo muy lento. La deje en el tercer episodio. al final tiene algo de sentido?

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  2. Desde luego que no ha sido una miniserie para todos los gustos, al menos yo la veo así. Entiendo perfectamente tu opinión y pese que a a mí en general me gustó, es verdad que es demasiado confusa y rara. Me gusta que una serie me haga pensar pero esta me pidió el máximo casi desde el principio y al final ya te puedes hacer una idea...

    Un saludo... y felices fiestas!!!!

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  3. A mi me gusto, aunque desde luego esperaba más de ella.

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  4. Una pena que no te haya gustado. A mí la verdad es que me gustó bastante. ¿Que podía haber sido mejor? Como todas, pero lo que nos han presentado ha sido muy de mi agrado.

    ¡Felices fiestas!

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  5. Marlen: Al final tiene sus respuestas, aunque para mi no son especialmente reveladoras ni satisfactorias.

    Moltisanti: Tampoco la juzgo negativamente porque sea rara o porque me haga pensar demasiado. Lynch por poner un ejemplo es un maestro a la hora de proponer historias complejas que van al subconsciente. Esta me resultó demasiado confusa narrativamente y sus imágenes no me cautivaron.

    Eldemo: Me hubiera gustado haber podido disfrutar The Prisoner como tu, pero por desgracia no ha sido así. Con las genialidades que lleva hechas AMC tampoco se lo vamos a tomar demasiado a mal.

    Felices fiestas también para ti. Que los reyes te traigan buenas series.

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