Ranking de Hablemos en Serie: Dramas.

Como prometí aquí estoy de vuelta con una nueva lista bajo del brazo. En este caso son las series dramáticas las que ordeno de manera totalmente arbitraria y subjetiva para mostrar al mundo lo que yo considero son las mejores series de este vuestro blog. Sólo espero haber sido justo conmigo mismo y por supuesto con vosotros queridos internautas. Antes de comenzar con la lista sólo dos apuntes. Existen algunas series como por ejemplo Breaking Bad o True Blood, las cuales no he introducido, aunque probablemente lo merezcan, porque considero que con tan solo una temporada visionada por mi parte todavía no dispongo del criterio necesario para valorarlas como se merecen. Otro apunte. Al crear la lista de dramas lo que he hecho es introducir las “No Comedias”, o lo que es lo mismo, el resto de series. Espero sepan disculpar mi osadía.

13. Deadwood: Esta serie de HBO nos sitúa en el lejano Oeste pero con una mirada más costumbrista y mucho menos glamourosa de lo habitual. Tres temporadas en las que la ciudad es la protagonista, y los personajes su complemento perfecto. La producción es tan real que casi se puede respirar la podredumbre de sus calles.

12. Roma: Tiene el honor de ser la serie más cara de la televisión y cada centavo gastado se nota en esta producción desbordante, que nos sitúa en una época donde la vida valía tanto como tu posición social. Historia épica y realista al mismo tiempo, o lo que es lo mismo, una de romanos de toda la vida pero cuya veracidad abruma y hasta salpica.

11. Galáctica, Estrella de combate: Ronald.D.Moore crea una historia futurista cuya poderosa trama se va espesando a medida que avanza la historia. Aún así la fuerza de sus imágenes y la profundidad de sus personajes hacen de ella una magnífica experiencia televisiva.

10. Carnivale: La eterna lucha del bien contra el mal solo que esta vez situada en la época de la depresión americana. La serie es misteriosa y cautivadora, y además está llena de oscuros recovecos que te dejarán sin aliento, especialmente en su segunda temporada. Pero por encima de todo es una historia de personajes magistralmente escritos e interpretados.

9. Firefly: Diálogos mordaces llenos de ingenio para unos protagonistas únicos e irrepetibles. Vivir las aventuras de los nueve tripulantes de la nave Serenity es un viaje que hay que hacer al menos una vez en la vida. Si te embarcas con ellos tendrás acción y diversión aseguradas. Un regalo espacial para tus ojos.

8: Hermanos de sangre: La mini serie de HBO que produjeron Spielberg y Tom Hanks, se ha convertido no solo en un referente para su cadena, sino también para cualquier proyecto que quiera acercarse con criterio a los acontecimientos ocurridos en la Segunda Guerra Mundial. Diez capítulos que van creciendo en emoción e intensidad. Simplemente grandiosa.

7: Mad Men: Cualquiera de los capítulos de Mad Men encierra tanta sabiduría y buen hacer que uno necesita saborearlos lentamente para captar toda su esencia. Sus guiones están llenos de inteligencia, y sus diálogos son pura mordacidad. Su puesta en escena es tan elegante como cada uno de sus personajes, reflejos de una época que estaba al borde de desmoronarse. Algunos tachan a la serie de fría y distante, yo digo que es sutil y reflexiva. Una joya envuelta en papel luminoso.

6. Dexter: Su protagonista cautiva gracias a un estricto código moral y a un soterrado e inteligente sentido del humor. Dexter se mueve entre sus conciudadanos como un animal acorralado que ha aprendido a disimular. Sus dos caras cada vez están más cerca de encontrarse. Su tercera temporada pierde un poco en intensidad pero nunca decepciona.

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5. A dos metros bajo tierra: Alan Ball nos enseñó a través de la familia Fisher que la vida es demasiado corta como para echarla a perder. Para ello utilizó a unos personajes desesperados por atrapar la felicidad y en constante lucha por descifrarse a sí mismos. Nunca la muerte fue tan divertida ni la vida tan desgarradora. Su última temporada es el paradigma de la emoción contenida, sus últimas imágenes un desbordante placer visual.

4. The Wire: La ciudad de Baltimore cuidadosamente diseccionada por un David Simon que más que un escritor parece un experto cirujano. Compleja y trasgresora, sus personajes conforman un puzzle de mil piezas que no siempre encajan como a uno le gustaría pero que jamás le pierden la cara a la verdad. Sus cinco temporadas son cinco dedos de un puño que golpea con fuerza la conciencia de la sociedad americana.

3. Twin Peaks: Un clásico de la televisión. Referencia para casi toda la ficción policial que llegó después. Hipnótica como ninguna, la serie de David Lynch seduce por su poderío visual, sus imágenes perturbadoras, y sobretodo por unos personajes que permanecerán para siempre en nuestra conciencia colectiva. Lo importante no es saber quien mato a Laura Palmer, sino el inquietante camino que recorre la serie para averiguarlo.

2. Perdidos: A falta de su última y decisiva temporada, la serie pertenece ya por meritos propios al olimpo de las series de culto. La pulcritud en los detalles de guión es la piedra angular de la serie, los personajes son el corazón de la historia, y su revolucionaria narrativa los pilares de su grandeza. Si lo que nos queda por venir es tan fascinante como lo que ya hemos visto, (¡atención spoiler!) yo también haré explotar la bomba para crear un ranking alternativo en la que Lost sea la número uno de mi lista.

1. Los Soprano: La mejor serie de todos los tiempos por varias razones: Por la complejidad de Tony Soprano, y por la resquebrajada humanidad de Carmela. Por la fidelidad casi enfermiza de Christopher Moltisanti, y por la fascinación que siente la Doctora Melfi por nuestro protagonista. Porque detrás de cada disparo hay siempre una historia extraordinaria. Porque la mafia nunca estuvo tan endiabladamente cercana a nosotros. Porque sus seis temporadas y media me hicieron amar a la pequeña pantalla casi tanto como a mi mujer. Por su creador David Chase y la madre que lo parió. Porque cada capítulo es una pequeña obra maestra; y hacer 86 obras maestras creo que es suficiente merito como para estar en mi número uno. ¿No creéis?