Dollhouse contra Fringe. Primeras temporadas.

Hoy en el cara a cara, a un lado del ring, con doce capítulos de peso, un extra, y dos pilotos, la última creación de Joss Weedon: Dollhouse. En la esquina contraria, con 20 episodios a sus espaldas y dividida en dos partes, otro éxito más del incombustible J.J. Abrams, Fringe. Dos series de la Fox unidas por la ciencia-ficción y con resultados artísticos similares, enfrentadas con la única finalidad de analizar sus virtudes y defectos. Siéntense todos cómodamente en sus butacas y disfruten del espectáculo. El combate a tres asaltos está a punto de comenzar. Los de las primeras filas tengan cuidado con la sangre. La campana suena, el combate ya está en marcha.

1º asalto. Dollhouse golpea primero.

Situémonos un año y unos pocos meses atrás en el tiempo y veamos como se planteaba el futuro de nuestras dos series. Por un lado estaba Joss Weedon, el cual volvía a trabajar con la cadena que tan mal le había tratado en el pasado ofreciéndoles otra vez un producto de ciencia-ficción. Su nuevo proyecto trataba sobre un lugar llamado Dollhouse, donde a las personas se las podía resetear el cerebro para insertarles nuevas personalidades, con la finalidad de poder acometer con más garantías de éxito las misiones para las cuales habían sido contratadas. Este sugerente argumento unido al sello de calidad de Weedon, hizo que las ilusiones de millones de fans, y las de un servidor, echaran a volar convirtiéndola en una de los estrenos más esperados de la temporada. Junto a la serie de Weedon la otra gran esperanza era la última creación de J.J Abrams. Rodeada de secretismo, la serie proponía un universo plagado de seres extraños y situaciones límite, en el cual un equipo formado por una agente del FBI, un científico experto en experiencias paranormales, y su misterioso hijo, resolverían los casos más increíbles ocurridos en la ciudad de Boston. El planteamiento también resultaba interesante pero su olor a refrito lo hacía parecer en un principio menos original que el de su colega. Sobre el papel y de cara al futuro parecía que Dolhouse iba a golpear primero.

2º Asalto. Fringe toma la delantera.

La confianza en Weedon por parte de la Fox era nula, y esto quedó demostrado cuando le rechazaron el piloto que presentó. La cadena buscaba un procedimental de ciencia-ficción ágil y sexy, y el creador de Buffy les había dado lo que parecía una trama más serializada y oscura. Así que le obligaron a partir desde cero. La serie que finalmente nos llegaría dejaba a un lado las partes más inquietantes y complejas por unas primeras historias bastante planas y convencionales. Después de un paupérrimo estreno en lo que a audiencia se refiere, la Fox parece que se convenció de que la serie en realidad iba destinada a otro tipo de público, y dejaron que Weedon se saliese con la suya. No fue hasta el quinto o sexto capítulo cuando sus guiones empezaron a explorar su parte más original e innovadora. Capítulo a capítulo la serie fue creciendo en intensidad, aunque ya era demasiado tarde para una audiencia que se había bajado de su barco en los primeros episodios. Dollhouse estaba herida de muerte y parecía que su final estaba al caer. La renovación parecía imposible.

Los inicios de Fringe fueron muy diferentes. La nueva creación de J.J. era la niña bonita de la cadena y así se demostró con una potente promoción y una deslumbrante producción que convertirían a su piloto en el más caro de la historia superando al de Perdidos. Su primer capítulo demostraba una vez más toda la habilidad de su creador a la hora de presentar nuevas tramas. Con un inquietante comienzo y una presentación de personajes exquisita, su piloto atrapababa y convencía a partes iguales a pesar de que su argumento estuviese algo manido. Su premiere fue todo un despliegue de recursos que lo llevaron al éxito inmediato. Sin embargo sus siguientes capítulos se empezaron a estancar en tramas procedimentales con demasiadas referencias a otras series y películas, que no aportaban demasiado a la historia principal. Episodio a episodio la serie fue perdiendo fuerza hasta llegar a su ecuador. Fue a partir de ahí cuando sus guiones empezaron a desperezarse centrándose más en su interesante subtrama. A cada paso que daba se volvía más y más original, y ya solo su final la haría decantarse hacia la mediocridad o la salvación.

3º Asalto. Con sus finales echan el resto.

El verdadero punto final de Dolhouse llegó después de que se cerrara su primera temporada con un brillante epílogo llamado Epitaph One. Este capítulo junto con el piloto rechazado forman un tandem genial que nos demuestra hasta donde estaba dispuesto su creador a llevar la serie. Además sus estupendos episodios finales consiguieron lo imposible: contra todo pronóstico la serie fue renovada in extremis. También es indiscutible que los capítulos finales de Fringe son pura dinamita y lograron dar a la serie el giro que tanto necesitaba. Sus últimos reveladores minutos son tan potentes que redimen todos sus defectos anteriores y la hacen a mi juicio ganadora a los puntos de este disparatado combate. Gracias a ellos descubrimos que el a veces manoseado genero de la ciencia-ficción siempre tiene un as en la manga y aun puede ser capaz de sorprendernos. Puede que en global quizás disfrutase más con el show de Weedon, pero cuando la ciencia-ficción se desata de una manera tan brutalmente arrebatadora como es el caso de Fringe, el veredicto no puede ser otro que darla como vencedora de este primer combate televisivo. El segundo combate que ya está en marcha promete ser apasionante. Pierda quien pierda lo realmente importante es que con series como estas la ciencia-ficción siempre gana.