Para cualquier historia de ficción, contar con un buen final es fundamental a la hora de percibir gratamente o no, la obra en su conjunto. Por esta razón no considero a Luther la gran serie de la que muchos hablan (y otros gritan). También por ello la primera temporada de Nurse Jackie me acabó gustando lo suficiente como para no considerarla un aburrido intento de trasgredir sin arriesgar demasiado. Y precisamente por eso mismo la última temporada de True Blood la recuerdo en mi memoria con un mal sabor de retina que me espanta. Su recta final es tan (dejadme pensar) “megadispersaultraparanoide” que ya no sé si creer que a sus responsables se les fue la serie totalmente de las manos hasta límites insospechados hasta por ellos mismos, o es que en realidad es una absoluta genialidad, y soy yo el que no puedo disfrutar de tal osadía argumental por no haberme tomado los mismos psicotrópicos que ellos. En cualquier caso, me lo ponen bastante difícil a la hora de decidir si continuar o no jugando a los vampiros de la HBO más allá de semejante desparrame final…
""¡SE BUSCA PERSONAJE!" |
Y es que una serie se puede NO tomar en serio a sí mismo hasta cierto punto. Todo tiene su límite.
Después de una excitante primera temporada, donde se mezclaba con sutil inteligencia, el retrato de la América profunda, el sarcasmo de las revistas Pulp, y el romanticismo proveniente de las novelas de Ann e Rice. Y después de una segunda entrega donde se fue todo esto al carajo, convirtiendo al invento vampírico en toda una estimulante oda a las películas de serie “B”, hecha ésta eso sí, con más clase (y presupuesto), y desde luego con mucha menos grandilocuencia de lo que solían regalarnos las películas de este tipo género. Su tercer acto parece ahora, ya desde la lejanía, una gran broma macabra y desmesurada, que se fue dejando la gracia por el camino a medida que avanzaron los episodios en busca de más carnaza, cuellos desprotegidos, y espectadores con ganas de más salvajismo carnal e incontrolado.
"Un gran personaje desperdiciado" |
Estoy de acuerdo en que True Blood siempre ha sido un gran artificio colorista, (y en algunas ocasiones hasta descolorido), barnizado con sangre, sudor (sexual), y lágrimas (principalmente las de Sookie), caminando siempre por el borde del precipicio, jugando muchas veces con lo cuestionable e incluso lo inadmisible. Vale que a veces se ha pasado de lista (y de graciosa), y nos ha enseñado más cartón piedra del que hubiésemos querido, dejándonos ver más pieles desnudas o descuartizadas que cabezas pensadoras e inteligentes. Y hasta podría asegurar que nunca ha pretendido jugar a ser una de las grandes series del momento (aunque para mí siempre estuvo entre ellas) aparentando ser un producto menor cuyo único objetivo solo fue el divertir y/o entretener sin más pretensiones. Sí, todo lo que he dicho es cierto (y probablemente más), pero también lo es que, por mucha locura argumental que hubiera, siempre estuvo bien arraigada a una buena estructura (y a su propia fantasía) para que no acabase desbocada y sin control (ni sentido), como ha acabado ocurriendo en los últimos episodios de su tercera temporada, ¿Qué nos espera a partir de ahora?
Sé que mis palabras suenan a despedida, o como poco a las de un fan despechado cuyo juguete favorito se ha roto en mil pedazos. Puede que me haya pillado un cabreao de narices por el rumbo de los acontecimientos, o puede que solo sea una rabieta fugaz por no poder seguir los pasos de una historia que me gustaba y se me escapa entre los dedos. True Blood ¿sabes lo que te digo? Que como sigas por ese camino te dejo y me marcho con las crónicas vampíricas ¡Ala, ya está! ¡Ya lo he dicho!
Yo probablemente siga viéndola este verano, y eso que no me gusta, no le veo nada, me parece caos en estado puro, un sinsentido que busca provocar, pero que me encanta despellejar tras verla.
ResponderEliminarSatrian: Yo también seguiré viéndola, a ver por dónde va, y si consigue volver a atraparme como antes.
ResponderEliminarEs una serie sin mucho argumento y a cada temporada mas absurdo, si Sookie es una hada, a saber lo que nos ofrece al proxima tanda. Pero al mismo tiempo es un gran producto comercial que ha sabido venderse y que hablemos de él, como Glee. Es una serie para el verano, donde te relajas y disfrutas de este comic, y tengo que admitir que la tercera temporada sin convecerme me distrajo. Pero estoy de acuerdo contigo que necesitan afilar bien los colmillos si quieren volver a mordernos.
ResponderEliminarAgustín: Dentro de que, el argumento, sea absurdo o no, siempre ha tenido suficiente contacto con la realidad y la coherencia consigo misma como para que fuese un producto muy estimulante. Toda la parte final me parece una ida de pinza excesiva que solo sirve para sorprender y provocar, sin más sentido que el de llamar la atención del espectador lo más posible. Veré un par de episodios y si continua por ese camino tanto mi cuello como mi ordenador se irán a otra parte con viento fresco.
ResponderEliminarYo que la dejé tras unos minutos de empezar el 5º capítulo de esta 3ª temporada, pero que de vez en cuando me pienso en si buscarle un hueco a lo que me queda de temporada para retomarla, leyéndote ni me lo planteo, porque además tendría que hacer un esfuerzo apartando otras momentanemaente, y aunque las 2 primeras me gustaron (es un caso raro, porque no sabría decir exactamente el porqué XD), pero cuando llegué al fundido en negro tras esos minutos me di cuenta de que la estaba viendo demasiado "por obligación" y me dije a mi mismo que "¿por qué?" y la quité.
ResponderEliminar¡Saludos!
Oskar108: Lo cierto es que la primera mitad de la 3ª temporada es entretenida e incluso con algún que otro gran momento (los malos me encantaron). De ahí al final empieza a ser un sin sentido total, y el final no hay por donde cogerlo.
ResponderEliminares verdad que el fuerte d euna historia debe de estar en su final, pero hai muchas en la que el camino es lo que cuenta siendo lo final incluso desprciable, vease prison break, heroes y sobre toodo Lost, yo me la apunto para la siguiente temporada.
ResponderEliminarHe visto serie y leído algunos libros... y pasa algo curioso. El sello de Alan Ball hace que la versión televisiva sea mejor que el libro en la primera temporada (de calle), pero el "desmadre" y las tramas de relleno de las siguientes temporadas, hacen que la percepción se invierta. Los libros continúan siendo simples novelas de entretenimiento, pero al menos avanzan más sólidos.
ResponderEliminarNo soporto a Sookie. No soporto a Bill. El mejor era Jason cuando se ajustaba al estereotipo de "rubia tonta", pero es que ahora ya no nos queda ni eso.
Siento hablar tan mal de una serie que me encantaba. ¿Y un Spin Off en Japon, Wall Street o Londres en vez de en la América Profunda? ¿Os imagináis que no existiera el True Blood? ¿Que fuese simplemente sangre humana embotellada?