Recomendar una serie que ha sido vapuleada y despreciada en sus orígenes, y que a pesar de su gran éxito de audiencia tiene mala fama, es una tarea bastante complicada y dificultosa. Aun así, estoy dispuesto a intentarlo. Recuerdo que cuando se estrenó Spartacus yo, que la tenía en mi punto de mira, quedé completamente decepcionado ante la avalancha de pedradas (brutales críticas negativas) que recibió tras sus primeros episodios de vida. Fue tal la aplastante contundencia con que se la vapuleó, que prácticamente no tuve otro remedio que dejarla a un lado indefinidamente, pensando en que posiblemente nunca más volvería a pensar siquiera en ella. Sin embargo, meses después de su estreno, y ya pasada esa corriente fría de opiniones destructivas, comenzaron a brotar inesperadas y fugaces voces de aliento entorno a la serie (la de AXL, una de las más convincentes), que hicieron que volviera a picarme la curiosidad, acabando por convencerme la idea de ponerme finalmente con ella. Pues bien, no puedo estar más contento por mi decisión, ya que he disfrutado de todos y cada uno de sus episodios, demostrándose una vez más que los prejuicios son armas de doble filo con los que uno se puede llegar a cortar, alejándose de series que merecen la pena ser vistas. Tampoco os voy a engañar, es obvio que Spartacus no es una serie para todo el mundo. Su aspecto visual siempre será una característica muy especial con la que mucha gente tendrá insalvables problemas de conexión. Aparte de esto (que sin duda es importante) Spartacus tampoco es que sea la quinta esencia y mucho menos una serie que deje una huella imborrable, pero si un producto extraordinariamente bien cuidado, y mucho más digno de lo que parece en un principio, con el que (os aseguro) pasareis un buen rato la mar de entretenidos, enganchados a sus múltiples tramas, llenas de secretos, conspiraciones y traiciones, de esas que se esconden en las mejores historias de este tipo de ficciones. Aquí van unas cuantas de mis razones para ver Spartacus…
LUCHAS VISUALMENTE ARREBATADORAS.
"Prohibido acercarse mucho a la pantalla. La sangre puede caerte encima" |
Todos aquellos que odiaron el aspecto visual de la película 300 mejor que no se acerquen a esta serie. Para todos los demás deciros que, sus peleas a cámara hiperlenta, sus impecables y originales coreografías de lucha, sus escatológicos, sangrientos y muy artificiosos enfrentamientos en la arena, son todo un placer visual, siempre y cuando os acerquéis a ellos desde una perspectiva puramente escapista y curiosa, más bien esperando ver artificiales pero hermosos planos y encuadres más propios del comic o el video clip, que del meticuloso realismo histórico de series como Roma. Si lográis verlo de esta manera, estas luchas tan exageradas y divertidas se convertirán en toda una razón en sí para ver la serie.
SEXO SIN TAPUJOS Y MUY CUIDADO.
A todos nos agrada mirar unos cuantos cuerpos esculturales y bien formados en las series que vemos, y no nos desagrada en absoluto que pueda haber un par de escenas sensuales que despierten nuestro lado más picante, siempre y cuando tengan que ver con la trama del capítulo en cuestión. Ya que la historia de Spartacus está ubicada en un determinado momento histórico donde la sexualidad se vivía de una manera mucho más explícita, espontanea y/o vehemente que en nuestros días, la serie opta por no escatimar en este tipo de detalles, haciéndolo (casi) siempre con una finalidad puramente argumental. Puede que ésta no sea una razón de peso, pero si un punto extra que hace que Spartacus sea mucho más atractiva para nuestros ojos y nuestros sentidos.
BUENOS ACTORES E INTERPRETACIONES.
"Los secretos, las conspiraciones y las traiciones son el verdadero motor de la serie" |
Es una lástima que Andy Whitfield no pueda seguir interpretando a Spartacus, por las razones que todos sabemos, ya que aunque no haga una interpretación de órdago (obviamente no es Kirk Douglas) si dota al personaje de las suficientes cualidades como para que se nos haga casi imprescindible su presencia. El resto del elenco encaja a las mil maravillas en sus respectivos papeles, recayendo casi todo el peso interpretativo de Spartacus en una excelente Lucy Lawless, como una fría y calculadora mujer de la época, y especialmente en un inspiradísimo John Hannah, el cual hace de su personaje el más interesante, complejo y fascinante de toda la serie.
PRODUCCION LIMITADA PERO MUY SOLVENTE.
Aunque la serie no goce de un gran presupuesto, necesario para el tipo de recreación histórica en el que se centra, éste es optimizado con gran inteligencia, situando la mayor parte de las escenas en cuatro o cinco localizaciones fijas, que nunca se hacen repetitivas ni innecesarias, al ser aprovechadas al máximo tanto argumentalmente hablando como a nivel espacial. Por otro lado, el uso del croma, y los efectos especiales hechos por ordenador, que podrían verse como claros defectos de producción, es utilizado como un recurso más para dotar a la historia de un estilo propio y diferente con el que sorprender al telespectador, y causar un efecto de irrealidad que muchas veces le viene de perlas a la historia. En cuanto a los decorados y el vestuario, puede que no sean realistas al cien por cien pero visualmente siempre resultan muy atractivos y sin duda “molones”.
DANIEL KNAUF COMO ASESOR Y GUIONISTA DE VARIOS DE SUS EPISODIOS.
Aunque el principal creador de la serie sea Steven S. DeKnight, involucrado en la más reciente Dollhouse, y coproductor de series tan míticas como Smallville, Angel o Buffy, otro de sus grandes valedores es el interesantísimo Daniel Knauf. Creador de la mítica Carnivale, deja su sello en varios de los episodios de Spartacus, especialmente en esos en los que el tono y el argumento se oscurecen. Además, muchos de los más brillantes diálogos de la serie llevan su firma haciendo a los personajes mucho más interesantes.
UNA HISTORIA ADICTIVA QUE VA CRECIENDO CON CADA CAPITULO.
"El honor de morir en la arena se compagina con pectorales a mansalva para ellas y culos y tetas para ellos" |
Si bien es cierto que los primeros episodios solo sirven para posicionar a los personajes, y mostrar unos cuantos brazos y piernas cercenados, y algún que otro culo o pecho de mujer bien puesto (personalmente y a diferencia de otras opiniones, todos ellos episodios muy entretenidos). También lo es que, según avanzan los capítulos, las tramas se van volviendo más densas y complejas, llevando a personajes e historia hacia lugares más oscuros y misteriosos donde atrapar al espectador más allá de la mera superficialidad. Los secretos y las intrigas cada vez van dejando más ingenio y sorpresas a su alrededor, las relaciones entre los personajes se van volviendo más solidas y emocionales, y hasta las escenas de acción van adquiriendo una mayor profundidad argumental a medida que se establecen dichas relaciones afectivas entre sus protagonistas. Todas estas virtudes culminan en un último episodio antológico que deja un gran sabor de boca, debido sobre todo a la crudeza y contundencia de sus imágenes, a la sencilla y efectiva resolución de sus conflictos, y al virtuosismo narrativo con el que esta contado. Un gran cierre de temporada (quizá de serie si no encuentran a un buen sustituto de Whitfield) que deja con la sensación de que lo mejor esta aun por venir.
excelente critica, he leido opiniones demasiado injustas sobre esta serie, sin ser una maravilla, es una serie muy digna, entretenida y con dos personajes que realmente atrapan al especatador, como son Batiato y su esposa, aunque entiendo el "problema" visual, a mi personalmente me resultaba muy molesta y me alejó de la serie durante meses, hasta que una tarde en canal plus la descubrí por medio de unos diálogos entre esas dos aprendices de Livia que me hicieron recapacitar sobre darle una oportunidad, y disfruté cada capitulo, y como bien dice tu reseña, algunos diálogos son brillantes, por lo insidiosos y retorcidos, una serie muy entretenida y disfrutable, si logras "superar" la alergia a su aspecto visual, si es que la tienes!
ResponderEliminarun saludo, y aunque no suelo comentar nada (por falta de tiempo para nada, en realidad) suelo leer tus reseñas, siempre muy interesantes!
lacomunidadsecreta: Lo primero gracias por decidirte a comentar en el blog. Lo segundo decirte que igual que a ti, a muchas otras personas les ha pasado lo mismo con Spartacus y dejaron de verla a los pocos episodios. En mi caso, no le di ni esa primera oportunidad en su día debido a sus muchos terribles comentarios, y sin embargo cuando la comencé, desde el mismísimo piloto (quizá porque esperaba un autentico horror) conecte perfectamente con la serie y su apartado visual. Este post a modo de recomendación nace precisamente de la necesidad de que toda esa gente que la prejuició negativamente en un principio (como yo), la de una segunda oportunidad para que finalmente puedan disfrutar de ella tanto como nosotros.
ResponderEliminarUn Saludo.
Cuando el thriller y las conspiraciones se abren paso en la trama, la serie comienza a crecer, mantiene su sello de sexo, violencia y sangre pero con algo detrás que la respalda, al final se convirtió en una buena serie. Aunque eso sí al principio nos tuvo a todos despistados.
ResponderEliminarSatrian: Quizá porque sabía lo que me esperaba pude disfrutarla de principio a fin. No me molestaron para nada esas peleas a cámara hiperlenta y llenas de sangre. Más bien lo contrario, las veía como un recurso visual diferente y divertido.
ResponderEliminarNo podías haber hecho una mejor crítica. Vienes a apuntar exactamente las mismas cosas que me convencieron para dar una oportunidad a una serie que disfruté desde el primer capítulo y que me fue dando gratas sorpresas a medida que creció en intensidad y sofisticación argumental.
ResponderEliminarIncreíble Lucy Lawless, esa mujer se disfruta como la gran actriz que es. La descubrí en serio en Galactica y desde entonces me he convertido en un incondicional suyo.
Estar en las nubes: Pedazo de mujer Lucy Lawless, en todos los sentidos. A ver qué tal esa precuela que está por llegarnos, perfecta para seguir disfrutando de esta estupenda actriz, ya que no la veremos en la segunda temporada (si es que se llega a llevar a cabo).
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