Para completar el trío de ases (Los Soprano y A dos metros bajo tierra), la cadena contrató a un periodista y escritor de novela policíaca muy reputado llamado David Simon. Este presento a la cadena The Wire, un drama policial sobre un equipo de agentes de la ley que a través de escuchas intentan dar caza a unos importantes narcotraficantes de la ciudad de Baltimore. Pero la reacción de los directivos no fue la esperada. Pensaban que la trama se parecía demasiado a muchas otras series policíacas del momento. Buscaban desmarcarse del resto de cadenas, no querían que sus nuevos espectadores pensaran: Esto no es HBO. Es televisión. Principalmente por este motivo el proyecto se demoraría durante algún tiempo, espacio que Simon utilizó para desarrollar mejor la historia y así tratar de convencer a la HBO de que su serie encajaría a la perfección en su nueva parrilla. Al final lo lograría presentando un piloto muy personal y diferente. Para empezar su ritmo era pausado y su desarrollo minimalista. Esto ya contradecía todo lo establecido anteriormente por casi todos los pilotos al uso, en los cuales había que presentar todo el potencial de la serie en su primer capitulo. Además los personajes importantes de la historia casi no aparecían en su inicio, irían teniendo presencia en la serie, muy poco a poco, componiendo así un puzzle cuya pieza final no encajaría hasta los últimos episodios del relato, en los que toda la fuerza de la historia estallaría. Había nacido lo que Simon definiría como una novela visual.
Como era de esperar The Wire tardaría algún tiempo en hacerse un hueco en el mundillo televisivo. Las audiencias no eran demasiado buenas, y los votantes de los Emmy la ignoraban una y otra vez. A pesar de ello la cadena no se puso nerviosa, es más, estaba entusiasmada con su nueva creación, La tercera temporada no había superado los 2 millones y medio de espectadores, pero aun así la confianza en la calidad de su producto era tal que poco después de terminar ésta, ya estaban anunciando la producción de dos temporadas mas que darían fin a la serie. Además contaban con algo muy importante para ellos, la crítica la adoraba y, gracias a ella y al boca-boca, al poco tiempo de su finalización The Wire se convirtió en la serie de culto mejor valorada de los últimos tiempos.
Una de las facetas más importantes de la serie es su estructura. Cada temporada está centrada en un aspecto diferente de la delincuencia en la ciudad de Baltimore. La primera temporada sienta las bases de toda la serie, presentando tanto a policías como a traficantes, detallando con minuciosidad su trabajo y sus vidas hasta extremos jamás vistos. La segunda temporada se centra en el contrabando de mercancías de su puerto y la corrupción en los sindicatos. La tercera destapa la lucha de poder tanto de los políticos de la ciudad, como de los altos mandos de la policía. La cuarta nos traslada a la raíz del problema, que no es otra que el sistema educativo. Y la quinta y última temporada trata sobre los medios de comunicación, su responsabilidad e influencia en la ciudad.
The Wire traspasa las fronteras de la ficción con unos personajes que van más allá del realismo y la veracidad. No sólo resultan brutalmente sinceros, sino que además divierten y emocionan. Tanto los agentes de la ley como los delincuentes están desarrollados con tal complejidad que uno no sabría distinguirlos, porque la vida es así, un claro-oscuro que The wire desmenuza a la perfección. Macnulty, Kima, Lester, Pryzbylewski, Los Sobotka, Barksdale o Stringer, quedaran para siempre en nuestra memoria colectiva. Pero si hay un personaje en la serie capaz de traspasar esa barrera, ese es Omar. Su personaje trasciende el relato y nos ofrece los mejores momentos de la historia, pues su mera presencia es siempre presagio que algo grande esta por ocurrir, y es que la fuerza de Omar radica en su gran carisma y su eterna ambigüedad moral. La serie no solo te entretiene, también te hace pensar, provoca, incomoda, hace reflexionar, te desmotiva y al momento siguiente te vuelve a ilusionar. Optimista y pesimista al mismo tiempo nunca pretende emitir juicios de valor, solo muestra tal y como son las cosas sin ninguna intención de aleccionar. ¡Señores, esto no es televisión!, Es The Wire.
Como era de esperar The Wire tardaría algún tiempo en hacerse un hueco en el mundillo televisivo. Las audiencias no eran demasiado buenas, y los votantes de los Emmy la ignoraban una y otra vez. A pesar de ello la cadena no se puso nerviosa, es más, estaba entusiasmada con su nueva creación, La tercera temporada no había superado los 2 millones y medio de espectadores, pero aun así la confianza en la calidad de su producto era tal que poco después de terminar ésta, ya estaban anunciando la producción de dos temporadas mas que darían fin a la serie. Además contaban con algo muy importante para ellos, la crítica la adoraba y, gracias a ella y al boca-boca, al poco tiempo de su finalización The Wire se convirtió en la serie de culto mejor valorada de los últimos tiempos.
Una de las facetas más importantes de la serie es su estructura. Cada temporada está centrada en un aspecto diferente de la delincuencia en la ciudad de Baltimore. La primera temporada sienta las bases de toda la serie, presentando tanto a policías como a traficantes, detallando con minuciosidad su trabajo y sus vidas hasta extremos jamás vistos. La segunda temporada se centra en el contrabando de mercancías de su puerto y la corrupción en los sindicatos. La tercera destapa la lucha de poder tanto de los políticos de la ciudad, como de los altos mandos de la policía. La cuarta nos traslada a la raíz del problema, que no es otra que el sistema educativo. Y la quinta y última temporada trata sobre los medios de comunicación, su responsabilidad e influencia en la ciudad.
The Wire traspasa las fronteras de la ficción con unos personajes que van más allá del realismo y la veracidad. No sólo resultan brutalmente sinceros, sino que además divierten y emocionan. Tanto los agentes de la ley como los delincuentes están desarrollados con tal complejidad que uno no sabría distinguirlos, porque la vida es así, un claro-oscuro que The wire desmenuza a la perfección. Macnulty, Kima, Lester, Pryzbylewski, Los Sobotka, Barksdale o Stringer, quedaran para siempre en nuestra memoria colectiva. Pero si hay un personaje en la serie capaz de traspasar esa barrera, ese es Omar. Su personaje trasciende el relato y nos ofrece los mejores momentos de la historia, pues su mera presencia es siempre presagio que algo grande esta por ocurrir, y es que la fuerza de Omar radica en su gran carisma y su eterna ambigüedad moral. La serie no solo te entretiene, también te hace pensar, provoca, incomoda, hace reflexionar, te desmotiva y al momento siguiente te vuelve a ilusionar. Optimista y pesimista al mismo tiempo nunca pretende emitir juicios de valor, solo muestra tal y como son las cosas sin ninguna intención de aleccionar. ¡Señores, esto no es televisión!, Es The Wire.
Ayer mismo acabe de verla. me la he tragado entera en 2 meses del tiron.
ResponderEliminarSolo puedo decir que es una obra maestra.
Sobre todo la 3ª temporada. Omar era el mejor. y me gusto mucho la evolucion de mikel, (parece un futuro omar)
enhorabuena por haber empezado el blog con la HBO, ya que para mi es la mejor cadena en cuanto a series.
Increíble serie que muestra los bajos fondos y los despachos más importantes de la ciudad de Baltimore con enorme realismo. Su ritmo y sus personajes atrapan y no te sueltan más. No os la perdais ¡¡Arriba Omar!!
ResponderEliminarAnonimo: Para mi a falta de ver la última, la tercera tambien me parece la mejor. Se cierran muchas cosas y con una clase magistral.
ResponderEliminarGracias por tu apoyo. HBO me parecía el mejor punto de partida posible.
Bell: Me gusta comprobar que somos muchos los fans de Omar.Deberiamos formar un club.
Saludos.